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¿Qué es el duelo y cómo vivirlo?

El duelo es una reacción natural ante la pérdida, generalmente, de un ser querido, y que nos ayuda a proseguir nuestra vida.

31 octubre, 2023
¿Qué es el duelo y cómo vivirlo?
Foto: Cathopic

¿Qué es el duelo?

El duelo es una reacción natural ante la pérdida, generalmente, de un ser querido, y que nos ayuda a proseguir nuestra vida. Es un proceso que, si es bien llevado, nos permite una despedida interior o una aceptación de la pérdida.

Generalmente suele estar ligado a la muerte de una persona cercana, pero también puede ser por la pérdida de algo que tenía mucho valor, como una mascota, un empleo, cambiar de residencia, la separación de una pareja, entre muchos eventos más, que generan una sensación de duelo, que altera la cotidianeidad, a veces en alcances inesperados. 

Reacciones del duelo

De acuerdo con monseñor Luis Manuel Pérez Raygoza, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México y experto en temas de espiritualidad, el duelo es una experiencia compleja y pluridimensional que afecta a distintos aspectos de la vida de las personas: físico, psíquico, social, espiritual, etcétera.

  • Físicamente: Sensación de asfixia, dolor de cabeza, sensación de opresión, particularmente en el pecho, pérdida del apetito, trastornos del sueño y falta de deseo sexual. Incluso ha llegado a mostrarse que los índices de mortalidad en los primeros seis meses de viudez son dignos de consideración.
  • Emocionalmente: Puede presentarse inicialmente el fenómeno del shock (ensordecimiento, pánico, incredulidad, rechazo de lo ocurrido, etc.), de coraje, rencor; en los casos de la muerte de una persona puede haber miedo de faltarle al respeto al difunto cuando se está reencontrando la serenidad, miedo al difunto y a la propia muerte, tristeza o depresión. También puede experimentarse alivio cuando la muerte del difunto ha sido precedida de una larga enfermedad agotadora para él y para los familiares.
  • Mentalmente: Dificultades en la concentración, falta de proyectos y, en el caso de duelo patológico, alucinaciones visuales o auditivas.
  • Socialmente: aislamiento del doliente, sensación de soledad y de incomprensión, rencor contra quienes siente que no le comprenden.
  • Espiritualmente: Crisis de fe o de confianza en Dios (cuando la relación con Él es superficial y la fe inmadura), toma de conciencia de la propia finitud y de la posibilidad de la propia muerte, revaloración de la vida y de los seres queridos vivos.

Tipos de duelo

Monseñor Luis Manuel Pérez Raygoza ocupa como base el trabajo del sacerdote yugoslavo y profesor jesuita, Mihály Szentmártoni, en su libro Camminare Insieme, para hablar sobre los tipos de duelo:

  • Duelo anticipado. Cuando la pérdida ya es esperada, por ejemplo, a causa de una larga y penosa enfermedad que apunta irremisiblemente hacia la muerte. En estos casos algunos dolientes van mentalizándose, por lo que la pérdida no es desproporcionadamente traumática. 
  • Duelo retardado. El doliente bloquea, reprime o controla fuertemente sus reacciones emotivas, normalmente porque debe hacer frente a compromisos, trámites o responsabilidades vinculadas a la pérdida. Es común que la reacción venga después, incluso con gran dramatismo.
  • Duelo crónico. Se denomina así a un proceso de duelo mal elaborado que no se resuelve y se prolonga durante años debido a que la persona se ha quedado estacionada en el pasado y se resiste a tener perspectivas de futuro.
  • Duelo patológico. Se da cuando la persona está completamente cerrada en su dolor, se resiste a superarlo y comienza a experimentar graves desequilibrios físicos (somatización) y psicológicos.

¿Cómo acompañar a alguien en duelo?

Los procesos de acompañamiento del duelo son distintos, pero complemetarios, asegura monseñor Luis Manuel Pérez Raygoza. Uno es el que puede dar el tanatólogo, otro el psicólogo y otro el sacerdote, y aunque las fronteras se cruzan, cada una de estas especialidades tiene que ser muy honesta en saber qué le toca.

Ana Garza, especialista en Primeros Auxilios Emocionales, sugiere estos puntos para quienes acompañan como familiares o amigos a una persona que ha sufrido una pérdida:

Qué sí hacer :

  1. Comunícate.
  2. Escucha el doble de lo que hablas.
  3. Ayuda concretamente: lleva comida, acompaña en trámites, resuelve pendientes, aporta dinero, lleva hijos a la escuela, etc.
  4. Estar presente. No delegar a otros.
  5. Espera momentos difíciles.
  6. Comparte tus experiencias, si la persona lo acepta.
  7. Abraza y consuela, de forma adecuada.
  8. Sé paciente. Tal vez escuches la misma historia una y otra vez. Y está bien.

Qué no hacer:

  1. No le digas qué hacer.
  2. No obligues a la persona a sentirse bien.
  3. No digas:
    • Llámame.
    • El tiempo todo lo cura.
    • Sé cómo te sientes.
    • Hay otras personas mejores.
  4. No apresures a la persona para superar su dolor.

Acciones para vivir el duelo de forma saludable

  1. Velar a tu ser querido.
  2. Convivir con tu familia en los servicios funerarios.
  3. Incluir a tus familiares lejanos. Si es posible presencialmente; si no, de forma virtual o a través de redes sociales.
  4. Darle cristiana sepultura.
  5. Depositar sus cenizas en una tumba en el cementerio o en nicho en una iglesia.
  6. Escuchar y cantar las canciones que le gustaban.
  7. Orar por tu ser querido, por ti y tus familiares.
  8. Organizar triduos de misas y novenas de rosarios.
  9. Hablar con tus personas de confianza.
  10. Escribir una carta de despedida.
  11. Escribir una canción, hacer un dibujo o pintura, escribir un blog acerca de lo que estás viviendo.
  12. Hacer publicaciones en tus redes sociales recordando a tu ser querido y lo que aprendiste de el/ella y de la experiencia que estás viviendo.
  13. Intenta tener conversaciones respetuosas, pacientes y amables con familiares y amigos, aunque no estén de acuerdo en todo.
  14. Evita el alcohol, las drogas, las discusiones y las peleas cuando estás triste o vulnerable.
  15. Recibir ayuda profesional, si la necesitas.