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¿Qué es una Liturgia o celebración penitencial?

La Liturgia Penitencial nos prepara, en comunidad, para recibir el perdón de Dios, especialmente en Cuaresma. La forma más común es la confesión individual.

10 julio, 2025

La celebración penitencial, también llamada Liturgia penitencial, es un acto Litúrgico encaminada y centrada en el Sacramento de la Penitencia o Confesión; la Liturgia penitencial se centra en la acción comunitaria del Pueblo de Dios dentro de un acto público de Iglesia, o sea, dentro de la Liturgia del Pueblo de Dios.

El Sacramento de la Penitencia o de la Confesión es acercarnos al Señor para recibir su perdón, habiendo reconocido nuestros pecados, arrepentidos de ellos, recibir la Absolución del Sacerdote y obtener el perdón de los pecados cometidos. Dicho Sacramento de la Penitencia puede tener tres formas de realizarse: de manera personal, en una celebración penitencial que concluye con la absolución personal y, de manera muy excepcional, una celebración litúrgica penitencial con absolución general. La tercera es para casos muy específicos, como marca el Ritual de la penitencia, y el propósito cercano de acercarse nuevamente al Sacramento de una manera personal a un confesor.

La segunda y tercera forma que permite el Ritual de la Penitencia es, a su vez, un acto de comunidad de preparación y reconocimiento comunitario que somos pecadores al reconocer en nuestro corazón nuestras faltas ante Dios, fuente de misericordia que está siempre dispuesto a perdonar al hombre de corazón contrito; oración y examen de conciencia pública y, a su vez individual.

Nunca es una confesión pública de los pecados, es un reconocimiento de la misericordia divina para acercarnos a Él, para recibir la Absolución de Dios, por medio del Presbítero (Un Diácono no puede confesar y dar la Absolución); no es una prebenda, como si fuera una oferta o una barata que da la Iglesia, es poner el corazón ante Dios y recibir confiados su perdón.

Dichas condiciones se aplican a cualquiera de las formas del Sacramento penitencial, desde la conciencia profunda guiados por el Espíritu al reencuentro de la comunión con Dios, en medio de la comunidad cristiana; necesario es el reconocimiento del pecado y de gracia divina que me perdona, para que quede realmente perdonado, no es lo exterior es el interior el cambia y se transforma, nos restituye en medio de la comunidad con la rompimos por el pecado.

Que importante es ver al hermano y juntos pedir el perdón, para que restituidos como hombres nuevos, formemos en la unidad el Pueblo escogido por Dios.

Se sugiere de una manera especial en el Tiempo Litúrgico de la Cuaresma las Liturgias Penitenciales, como un medio consciente y comunitario de volvernos de corazón a Dios, como ovejas de un mismo rebaño, para cambiar nuestra visión individualista en la cual de manera inconsciente vivimos, miro y me dejo mirar de Dios y de mis hermanos, todos vamos en la misma barca de la solución; la conversión no es algo intimista es preciosamente comunitaria, no estamos solos en el caminar con Cristo, fuente plena de misericordia y perdón.

¿Cuál es la forma más común? La individual, pues conlleva diálogo, consuelo y consejo ante nuestra fragilidad por el pecado, además que nos confronta para cambiar y ser mejores, cuando “damos la cara” ante el confesor, que por gracia divina nos da la absolución. La celebración litúrgica penitencial es en ciertos especiales y, de todos, debe uno acercarse a la Confesión individual.



Autor

Sacerdote diocesano y director de la Dimensión de Bienes Culturales de la Arquidiócesis Primada de México. Párroco de San José, en la colonia Revolución; y Rector de San Miguel, en la colonia Damián Carmona.