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¿Cómo responder a las burlas contra la fe católica?

Ante la reciente controversia por el agravio contra el Sagrado Corazón en la TV española, así debemos actuar frente a las burlas contra la fe.

2 enero, 2025
¿Cómo responder a las burlas contra la fe católica?
“La caridad es nuestra altura ante circunstancias como esta", contestó el p. Medel. Foto: Especial

Minutos antes de que el reloj diera las doce campanadas para anunciar el inicio del año nuevo, se registró en España la última polémica mediática del 2024, cuando la actriz y presentadora ‘Lalachus’ mostró en televisión una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, pero con cara de vaca, en una de esas burlas contra la fe que suelen causar una profunda indignación en la comunidad católica del país.

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Mientras algunas voces han minimizado el hecho transmitido por televisión; otras, en cambio, han hecho enérgicos pronunciamientos y anunciado medidas legales contra la responsable, en especial organizaciones como ‘Hazte Oír’ y ‘Abogados cristianos’.

¿Cuál es la manera correcta de proceder frente a agresiones contra católicos?

Denuncia serena

Al respecto, el padre José Alberto Medel, sacerdote de la Diócesis de Xochimilco, expresó que dicho acto ha significado un fuerte agravio para la comunidad católica española, especialmente por el alcance que tuvo, pues se trata de un programa que genera mucha expectativa en dicho país.

Este hecho -señala el sacerdote-, suscita varias consideraciones, y lo primero que hay que decir, sin minimizar la gravedad del hecho, es que esto siempre ha pasado a lo largo de la historia, y no sólo contra la religión Católica, sino contra todas las religiones.

“Quienes no creen se burlan de los que creen, y a veces ni siquiera por lo que se cree, sino en contra de las personas que creen, a quienes tachan de ignorantes, ilusos o fanáticos, y una manera de herir sus sentimientos es burlarse de los símbolos religiosos que ellos valoran”.

Protestar… pero con caridad

Para el padre José Alberto Medel, es justo este tipo de actos lo que nos da a los católicos la oportunidad de mostrar nuestra caridad. “La caridad es nuestra altura ante circunstancias como esta. Mucho favor les haríamos a nuestros detractores si respondemos como ellos buscan, contradiciendo el principio fundamental de la caridad, mismo que debe regular todas nuestras acciones. Jesús mismo nos enseña a actuar con caridad”.

El padre José Alberto Medel explica que la primera burla contra Jesús la encontramos en el momento en que Él, crucificado y derramando su sangre por nosotros, es objeto de insultos por parte de los judíos, quienes lo retan a bajar de la cruz para mostrarse como Hijo de Dios. Y la respuesta de Él ante todo lo que escucha y ve es mirar hacia el padre y decir: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

Burlas contra la fe… No saben lo que hacen

Esas palabras de Jesús son una gran verdad -explica el padre José Alberto Medel-, “pues más allá del hecho que se hace en agravio contra nuestra fe, lo que los seres humanos muchas veces no alcanzamos a comprender o a dimensionar es ‘toda la maldad de la maldad’.

“A través de su Evangelio -agrega-, Jesús nos lleva a descubrir que la maldad esclaviza, encarcela. El que escoge el camino de la maldad, tarde o temprano termina cayendo en sus propias redes, así que el rezar por ellos es para nosotros los cristianos un mandamiento. A lo que Jesús nos llama es a detener toda espiral de ataques mediante una actitud de altura, elegante, como la que Él mismo nos enseñó en la cruz al decir: “Perdónalos porque no saben lo que hacen”, porque en las tinieblas de su ignorancia, porque en la ceguera de su soberbia, no se dan cuenta del daño que en primer lugar se hacen a sí mismos”.

Así, para el padre José Alberto Medel, además de denunciar la equivocación en la que incurren quienes ofenden los símbolos de nuestra fe, para los católicos es necesario pedir para los agresores la gracia de la conversión, a fin de que en esta vida no queden prisioneros de sus propias maldades, o en la otra no se condenen eternamente. “Así que, como dice san Agustín: ‘Ante todo, caridad’”, finaliza el sacerdote.

Una larga historia de burlas contra la fe

Explica que en el caso concreto de la religión Católica, al tener muchos símbolos e imágenes, es más susceptible a este tipo de burlas, lo cual ha sucedido desde los primeros siglos del cristianismo, como lo muestra el famoso ‘Graffiti de Alexámenos’ encontrado en una prisión romana, en el que con unas cuantas líneas se representa al Crucificado con una cabeza de burro.

Al parecer, Alexámenos es un soldado romano cristiano, a quien su fe llevar a sacrificar, y entonces se burlan de él representando a Cristo crucificado con una cabeza de burro. Ahora podemos ver ese tipo de expresiones en exposiciones, en pasarelas de modas y otras actividades pseudoartísticas, en las que se burlan de los símbolos religiosos, ya sea de la Santísima Virgen, de los santos y especialmente de Jesús”.

Sin embargo -agrega el padre José Alberto Medel-, entender que ha habido una larga historia de burlas, no significa que debemos normalizarlas, sino que es necesario expresar una palabra de denuncia. “Esta denuncia consiste en señalar con claridad lo equivocadas que están este tipo de expresiones, cuya finalidad puede ir desde buscar atraer seguidores para un programa hasta actuar con base un auténtico sentimiento antirreligioso y de abierta denostación a la fe Católica”.

Para el padre José Alberto Medel la denuncia que la comunidad católica debe hacer debe ser serena y con claridad, pero sobre todo con caridad, con cuidado de no caer en la provocación, que es lo que generalmente buscan los agresores para mantenerse en la conversación pública.

Oración de desagravio al Sagrado Corazón de Jesús

Oh Sagrado Corazón de Jesús,
divino propiciatorio,
por el cual prometió el Padre Eterno
que oiría siempre nuestras oraciones:
yo me uno a ti para ofrecer al Creador
este mi pobre y mezquino corazón,
contrito y humillado en su divino acatamiento,
y deseoso de reparar cumplidamente las ofensas,
en especial las que recibes continuamente en la Eucaristía,
y las que yo, por mi desgracia, también he cometido.

Quisiera, divino Corazón,
lavar con mis lágrimas y borrar con mi sangre
las ingratitudes con que todos
hemos pagado a tu tierno amor.
Junto mi dolor -aunque tan leve-,
a aquella angustia mortal
que te hizo en el huerto sudar sangre.
Ofréceselo, Señor, a tu Padre Eterno,
unido con tu amabilísimo Corazón.
Dale infinitas gracias por los grandes beneficios
que nos hace continuamente,
y supla tu amor nuestra ingratitud y olvido.



Autor

Editor de la revista Desde la fe/ Es periodista católico/ Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo de la Facultad de Estudios Superiores Aragón.