El esfuerzo del Papa León XIV por rescatar a mujeres de la prostitución y víctimas de trata
“¡Diosito me lo bendiga siempre!”, dice Sylvia, víctima de trata, sobre el ahora Papa León XIV, quien la ayudó cuando más lo necesitaba.
“¡Diosito me lo bendiga siempre! Yo no me voy a olvidar de él, de lo buena persona que ha sido… muy bondadosa con las personas necesitadas, con los vulnerables y con las personas trabajadoras sexuales. Él lo sabe”. Lo afirma Sylvia Vázquez, una víctima de trata, quien en su niñez sufrió abuso y recibió la ayuda del ahora Papa León XIV.
Lo cuenta desde Chiclayo, en un emotivo testimonio que hace parte del documental: “León de Perú”. La conmovedora pieza de 45 minutos es una producción de los medios de comunicación del Vaticano que recoge momentos de los años de misión de Robert Francis Prevost en el país latinoamericano.
“Yo de todo corazón lo abrazo”, insiste la mujer, quien desde tierras peruanas le envía al Santo Padre un sentido cariño y “muchos abrazos”.
De acuerdo con su propio relato, Sylvia tenía apenas 10 años de edad y estaba próxima a cumplir los 11 cuando se convirtió en víctima de trata: “Yo fui violada”, confesó con voz pausada. Después, explicó que que afortunadamente tuvo contacto con las hermanitas Adoratrices.
Monjas que ayudan a mujeres en prostitución
Las hermanas Adoratrices son un grupo de monjas de la Iglesia Católica: las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, una congregación fundada en España en 1856 por santa María Micaela. ¿Su objetivo? Servir a Dios y a mujeres en contextos de prostitución y otras situaciones de violencia, según explican en su sitio web.
Al recordar a una de ellas, la hermanita Dora Fonseca —quien actualmente reside en Lima—, Sylvia explica que en aquel entonces trabajaban en Chiclayo. Las religiosas contaban con una casa donde ofrecían a mujeres en situación de prostitución la oportunidad de formarse en áreas como cosmetología, costura, computación, repostería y manualidades.
Fue en ese contexto donde conoció al futuro obispo, a quien con cariño llamaban “padre Prevost” o, simplemente, Roberto> “Lo conocí, porque él estaba junto con las hermanitas adoratrices”. También se reunía con los integrantes de acción pastoral a favor de las víctimas de trata de personas y con la comisión de movilidad humana.
En efecto, Vázquez fue invitada a sumarse al equipo impulsado por el cardenal que más tarde se convertiría en pontífice. La meta: consolidar el equipo de lucha contra la prostitución en Perú.
Al respecto, detalló que parte de la labor del equipo consistía en salir a buscar a las chicas directamente a los lugares donde trabajaban, como bares y otros sitios, para acercarse a ellas, escucharlas y ofrecerles la oportunidad de participar en los talleres de formación que organizaban.
El esfuerzo dio frutos. “Ellas llegaban (a la casa de las monjas). Y ahí el padre (Robert Prevost) también les daba Misa”. Las llamaban “misas de retiro con el padre”. Las muchachas escuchaban atentas. Luego, algunas hablaban con él y les contaban sus problemas.
Su preocupación de pastor era clara: “Él quería que ellas abrieran un negocio, porque muchas eran madres de familia y tenían hijos. Algunas de esas veces ellas permanecían en esos trabajos (de prostitución), por pobreza, a falta de trabajo”.
Al acompañarlas, escucharlas y darles formación, les brindaron herramientas reales para salir de su compleja situación. “El papa León ha sido muy bueno y muy generoso. Me decía: Silvita, tú eres una buena persona. En el grupo estamos seguros de que nos va a ir bien”.
“¡Diosito me lo bendiga siempre!”
Sylvia también se refirió a la elección del padre Prevost como el Sucesor de San Pedro, el nuevo papa de la Iglesia Católica: “Supe que lo escogieron para Roma. Yo no sabía que iba a ser Papa. Lo escogieron para Roma”.
Desde esa tierra llena de dolores y dificultades, pero también abundante en esperanza, le envió un mensaje: “Donde él esté, yo le digo: ¡que Diosito me lo bendiga siempre!”
“Y que (sepa que) yo no me voy a olvidar de él, de lo buena persona que ha sido con nosotros… Yo de todo corazón le doy muchos abrazos. ¡Lo considero mucho, padrecito!. ¡Siempre me voy a acordar del Papa!
Elaborado bajo la dirección editorial del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, el documental «León de Perú» brinda una serie de imágenes que recorren los pasos de misión de Robert Francis Prevost en Perú.
Con una realización impecable, los periodistas Salvatore Cernuzio, Felipe Herrera-Espaliat y Jaime Vizcaíno Haro logran una pieza profundamente respetuosa y conmovedora. Desde diversas perspectivas, el documental ofrece una mirada sencilla y humilde que revela la belleza de un Dios que abraza con amor a los más vulnerables, devolviéndoles la sonrisa, la dignidad y la esperanza.