¿Decir una mentira piadosa para no herir es pecado? Esto dice la Iglesia
La Sagrada Escritura enseña que la verdad, dicha con amor, edifica y libera. Aunque la intención de no herir puede ser buena, la mentira, incluso la “piadosa”, rompe la comunión y debilita la confianza.
Decir la verdad siempre ha sido un principio fundamental para la vida cristiana, pero en ocasiones surgen situaciones en que las personas optan por una llamada “mentira piadosa” con el propósito de no herir a alguien que les importa, pero ¿es esto correcto a los ojos de la Iglesia?
¿Qué es la mentira piadosa?
El padre Salvador Barba, párroco de la Iglesia de San José, en la colonia Revolución y liturgista de la Arquidiócesis Primada de México, explica que no se trata de una mentira propiamente dicha, sino de una forma prudente y compasiva de comunicar una verdad difícil.
“No es una mentira verdadera, sino una transmisión tardía o atenuada de la verdad, motivada por el amor y el deseo de no herir al receptor”, señala el sacerdote. Además explica que la diferencia esencial entre una “mentira piadosa” y una mentira genuina radica en la intención.
Una mentira verdadera implica dolo, ocultamiento o daño, mientras que una “mentira piadosa” puede entenderse como una verdad retrasada o administrada con prudencia, buscando el momento oportuno para comunicarla sin causar sufrimiento innecesario.
“Se trata de encontrar el momento y la manera oportunos para decir la verdad. La prudencia, la compasión y la misericordia son claves para comunicar sin herir”, añade.
El sacerdote explica que no hay pecado cuando la intención es buena, no existe engaño ni abuso, y se busca el bien del otro. Sin embargo, advierte que si esa verdad nunca se dice o se disfraza, puede tener consecuencias negativas. “Si no se precisa con la verdad, la confianza se fractura y la relación puede dañarse”, afirma.
Un rasgo cultural muy mexicano
El padre Barba también señala que en México existe una tendencia cultural a “endulzar” la verdad. “Somos un pueblo de avisar mucho las cosas, de darle vueltas al asunto. Esto tiene una intención buena, porque no queremos herir, pero debemos cuidar que no se convierta en evasión o falsedad”.
En México hay estudios sobre conductas prosociales realizados, por ejemplo, por la UNAM, sobre empatía, ayuda, solidaridad, que indican que existe una base cultural para valorar el evitar dañar al otro. No obstante, hasta ahora no se ha encontrado un estudio que cuantifique que los mexicanos digan más mentiras piadosas que otras poblaciones.
Así, las “mentiras piadosas” pueden reflejar una actitud de delicadeza y empatía, pero siempre deben tener como horizonte la verdad, no el ocultamiento, exhorta el padre Barba.
¿Qué dice la Biblia de la mentira piadosa?
Desde la enseñanza cristiana, la verdad y el amor no se oponen; al contrario, la verdad dicha con caridad edifica y sana, explica el padre Barba.
La Sagrada Escritura insiste en que la verdad debe ser el camino del creyente, no solo en las palabras, sino en la vida misma.
“Por eso, no más mentiras; que todos digan la verdad a su prójimo, ya que todos somos parte del mismo cuerpo”. (Efesios 4,25)
“Les escribo, no porque no conozcan la verdad, sino porque la conocen y porque la mentira no puede salir de la verdad”. (1 Juan 2,21)
“Entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. (Juan 8,32)
“Haz, Señor, que conozca tus caminos, muéstrame tus senderos. En verdad guía mis pasos, instrúyeme, tú que eres mi Dios y mi Salvador”. (Salmo 25,4-5)
“El hombre honrado expondrá la verdad, el testigo falso lo embrollará todo”. (Proverbios 12,17)