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¿Cuánto tiempo hay que ayunar antes de comulgar y cuánto esperar para comer después?

Conoce cuánto tiempo debes esperar antes y después de recibir la Eucaristía y por qué este gesto es importante para vivir la Comunión con fe.

16 junio, 2025
¿Cuánto tiempo hay que ayunar antes de comulgar y cuánto esperar para comer después?
El ayuno previo a la comunión sigue siendo un gesto profundamente significativo, pues expresa fe, respeto y amor por Cristo. Foto: Especial

¿Cuánto tiempo debo ayunar antes de recibir la Sagrada Eucaristía?, esta es una pregunta que muchos católicos aún se hacen, mientras que para otros ha quedado en el olvido. Sin embargo, el ayuno previo a la comunión sigue siendo un gesto profundamente significativo, pues expresa fe, respeto y amor por Cristo, así como una disposición interior para vivir en plena comunión con la Iglesia.

El padre Salvador Barba, liturgista de la Arquidiócesis Primada de México, explica que el ayuno mínimo de una hora antes de recibir la Sagrada Comunión no debe entenderse únicamente como una norma disciplinaria, sino como una expresión de reverencia y preparación integral del cuerpo y del espíritu.

“Al abstenerse de alimentos y bebidas (excepto agua y medicinas) durante ese breve tiempo”, comenta el sacerdote, “el creyente ofrece un gesto de respeto y dignidad, reconociendo que lo que va a recibir no es un alimento cualquiera, sino el mismo Cristo vivo, presente en la Eucaristía”.

Este pequeño sacrificio también tiene un valor simbólico. Según el padre Barba, “el ayuno ayuda a evitar distracciones y favorece una actitud de recogimiento y conciencia plena del misterio que se va a vivir”. Así como antes de una comida especial se purifica el paladar, también se invita al creyente a “limpiar” su interior para recibir con mayor provecho este manjar espiritual.

comer después de comulgar
¿En cuánto tiempo puedo comer después de comulgar? Foto: Especial

¿Y después de comulgar, cuánto debo esperar para volver a comer?

Aunque la Iglesia no establece un tiempo obligatorio de espera para volver a comer tras recibir la Comunión, se recomienda dedicar unos minutos a la oración y al recogimiento personal, como un gesto de gratitud por haber recibido a Cristo en el corazón.

Muchos fieles y santos de la tradición católica han cultivado la práctica piadosa de esperar entre 10 y 15 minutos, considerando que es el tiempo en que el cuerpo asimila físicamente la hostia consagrada. Esta espera no es una regla, sino una forma de prolongar la comunión espiritual con Jesús.

El padre Barba subraya que no se trata de cumplir la norma “con el reloj en la mano”, sino de vivirla como una disposición integral del cuerpo, la mente y el espíritu, que permita participar con respeto y recogimiento.

¿Por qué el ayuno es una regla de la Iglesia católica?

El ayuno eucarístico está regulado por el Canon 919 del Código de Derecho Canónico, que establece que los fieles deben abstenerse de todo alimento o bebida, con excepción de agua y medicamentos, al menos una hora antes de la Comunión.

El Catecismo de la Iglesia Católica, en el numeral 1387, refuerza esta enseñanza al señalar que el ayuno es parte de la preparación interior para recibir al Señor. También lo menciona en los números 1438 y 2043, dentro del contexto del camino de conversión y penitencia.

Asimismo, el Papa Francisco, en su mensaje de Cuaresma de 2023, describió el ayuno como una verdadera “gimnasia espiritual”, que ayuda a liberarse de cargas superficiales y favorece una libertad interior que permite reencontrarse con Dios.

eucaristía enfermos
Los exentos del ayuno son los enfermos y las personas de la tercera edad. Foto: Especial

¿Quiénes están exentos?

La Iglesia contempla excepciones caritativas para el cumplimiento del ayuno. Están exentos los ancianos, los enfermos y quienes los cuidan, si la situación así lo requiere. En estos casos, la salud y el bienestar del fiel prevalecen, y se considera que el ayuno no se rompe si se actúa con prudencia y necesidad.

¿Qué pasa si comulgo sin haber ayunado?

Comulgar sin haber cumplido con el ayuno no constituye un pecado mortal, pero sí una falta a la ley eclesiástica. De acuerdo con el p. Barba, si se trata de un descuido, el fiel puede hacer un acto de contrición y asumir el compromiso de observar el ayuno en el futuro.

“El fiel también puede mencionarlo en el sacramento de la confesión como acto de desobediencia, si considera que ha afectado seriamente su devoción personal. Pero no hay obligación de confesión sacramental a menos que haya pecado mortal por otras razones”, explica el sacerdote.

Origen del ayuno eucarístico

Desde los primeros siglos del cristianismo se reconoció la importancia de recibir la Eucaristía en ayunas. En el año 393, el Concilio de Hipona estableció: “El Sacramento del altar solo será ofrecido por quienes estén en ayunas”. Esta disposición fue reafirmada por el Tercer Concilio de Cartago en 397.

San Agustín también dejó constancia clara de esta práctica al escribir “Plugo al Espíritu Santo que, en honor de tan gran Sacramento, entrase en la boca del cristiano el Cuerpo del Señor antes que cualquier otro alimento”. Epístola 54, ad Januar., c. 8, n. 10

El ayuno es una práctica que nos ayuda a crecer en espíritu. Foto: MásFe / Staff
El ayuno es una práctica que nos ayuda a crecer en espíritu. Foto: MásFe / Staff

¿Para qué ayunar antes de comulgar?

El ayuno eucarístico no es un obstáculo, sino una invitación a vivir con profundidad la Comunión. Como concluye el padre Salvador Barba, este gesto sencillo ayuda al creyente a valorar el don inmenso de la presencia real de Jesús y a acercarse al altar “no con prisa ni superficialidad, sino bien preparados, conscientes de que recibimos el alimento que nos da la vida eterna”.

“Ambos momentos —antes y después de la Comunión— son oportunidades para profundizar en el misterio eucarístico y vivirlo con mayor plenitud, tanto en el cuerpo como en el alma”, concluye.



Autor

Periodista con más de 20 años de trayectoria, titulada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. A lo largo de su carrera ha colaborado en reconocidos medios nacionales como Milenio, El Gráfico de El Universal, Revista Alto Nivel y Desde la fe, entre otros. Su trabajo se ha enfocado en temas sociales, culturales y de interés humano, con un compromiso constante por informar con profundidad y sensibilidad.