Por qué Santa Teresita del Niño Jesús es patrona de las misiones si nunca fue de misión
Santa Teresita del Niño Jesús, además de ser doctora de la Iglesia, es patrona de las misiones. Descubre por qué recibe este título.
Santa Teresita del Niño Jesús es una de las cuatro doctoras de la Iglesia Católica. Pero, además de ser recordada por las profundas reflexiones que dejó en obras como Historia de un alma, también se le reconoce como patrona de las misiones.
Sin embargo, sabemos que Santa Teresita tomó los votos carmelitanos, llevando una vida de profunda oración entre los muros del monasterio como monja de clausura. Entonces, ¿cuál es la razón por la que se le da este título, si nunca fue de misión?
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¿Por qué Santa Teresita del Niño Jesús es patrona de las misiones?
La respuesta nos la presenta el Papa Francisco que, en la audiencia general del 7 de junio de 2023, dedicó una reflexión sobre la joven santa.
“Aunque su cuerpo estaba enfermo, su corazón era vibrante, era misionero. En su ‘Diario’ cuenta que ser misionera era su deseo y que serlo no solo por algunos años, sino para toda la vida.”
A pesar de este deseo que ardía en lo más profundo de su corazón, Dios tenía un camino distinto para ella, y fue el de llevar los hábitos para entregarse al silencio de la oración y ofrecer sus dolores y penas cotidianas.
Pero si algo tenía claro esta joven santa, es que sabía que llevar el evangelio a los más alejados era mucho más importante que sus deseos. Por tal motivo, se convirtió en la “hermana espiritual” de diversos misioneros a los que inspiró con sus escritos.
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Sus cartas a los misioneros
Durante su vida en el monasterio, se dedicaba a escribirles cartas para animarlos en su misión, a la vez que ofrecía por cada uno de ellos sus oraciones y sacrificios.
Entre los mensajes que escribió, se encuentra el de la Carta a Celine, del 15 de octubre de 1889 en la que le indica “hacer amar a Jesús e interceder para que los otros lo amaran”.
Al padre Adolfo Roulland, sacerdote de las misiones extranjeras de París, le escribió en una ocasión “Quisiera salvar almas y olvidarme por ellos: quisiera salvarles también después de mi muerte” (19 de marzo de 1897).
A este mismo le dirigió otra carta, el 9 de mayo de 1897, en la que hace su reconocimiento a la labor misionera:
“¿Cómo se puede dudar que el Buen Dios no puede abrir las puertas de su reino a sus hijos que lo amaron hasta el punto de sacrificarlo todo por él, que no sólo dejaron su familia y su patria para hacerlo conocido y amado, sino que también quisieron dar la vida por aquel a quien amaban? Jesús tenía razón en decir que no hay mayor amor que este!”
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Oraciones para la conversión de las almas
Además de sus cartas, Santa Teresita dedicaba su tiempo a orar por las almas de los pecadores para rescatarlas.
En una ocasión, supo de un criminal condenado a muerte por el crimen de homicidio. Para salvar su alma, Santa Teresa se entregó a la oración para lograr su conversión.
Un día después de la ejecución, leyó en el periodico que el condenado, antes de apoyar la cabeza en el patíbulo de la guillotina, tomó el crucifijo que le presentaba el sacerdote que estaba presente y lo besó en tres ocasiones.
En uno de sus manuscritos, retomando este hecho la santa comenta: “Después su alma voló a recibir la sentencia misericordiosa de Aquel que dijo que habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por los noventa y nueve justos que no necesitan convertirse”.
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El verdadero espíritu misionero
Santa Teresita nos enseña que ser misionero es mucho más que recorrer caminos: es vivir con un corazón encendido de amor para que otros conozcan a Cristo.
En palabras del Papa Francisco: “Misionero es también cualquiera que vive, donde se encuentra, como instrumento del amor de Dios”.
Que Santa Teresita nos ayude a vivir nuestra misión con la misma pasión que ella, ofreciendo cada acción y oración por la salvación de las almas.