¿Se puede ser feminista y católica? 4 pensadoras que combinan la fe y la lucha por la igualdad

Leer más
COLUMNA

La voz del Obispo

Qué escenario postelectoral podemos vislumbrar

Reconozcamos, como Iglesia, que todavía falta continuar formando la conciencia social y política de los cristianos

12 junio, 2024
POR:
Autor

Es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México. 

El resultado de la elección fue contundente y, sin embargo, es lícita la cuestión que muchos se hacen ¿Por qué el elector votó así? Queriendo responder a la cuestión podemos decir que quizá la mayor parte de la población había decidido su voto desde antes del inicio de las campañas; las propuestas de campaña, sobre todo, los programas sociales fueron determinantes; el voto sirvió con toda intensión para respaldar el gobierno en turno y probablemente también hubo quien vendió su voto.

Son muchísimas personas que reciben ayudas de programas y esto ha hecho que sientan la cercanía de quienes se las han procurado; al parecer mucha gente tuvo vergüenza de comentar por quién votó y esto hace que en nuestros diálogos con la gente con quien convivimos no aparezcan cotejados los datos oficiales de la elección con nuestra percepción; la gente mayor votó y también los primer votantes haciendo sentir la contundencia de sus votos; en el resultado de la elección hemos visto como creció mucho Movimiento ciudadano y el Verde, al PRD ya no le alcanzaron los votos y quién perdió muchos votos fue el PRI.

En los noticieros de los días de campaña vimos también como, lamentablemente, el crimen organizado afectó la participación en esta elección. Hasta aquí algunas de las posibles causas por las que el elector votó así.

Ahora el partido ganador tendrá sobre representación en las Cámaras de Senadores y de Diputados y esto hace que el resultado de la elección nos haga pasar de el ¿Por qué el elector votó así? a una nueva cuestión: ¿Qué escenario vislumbramos? ¿Será el nuevo gobierno más progresista y con propuestas que no satisfagan a quienes no votaron por ellos dando lugar a un desánimo social?

Antes de responder reconozcamos, como Iglesia, que todavía falta continuar formando la conciencia social y política de los cristianos; nos falta introducirnos más en todas las realidades y para ello es necesario salir de nuestras burbujas que tanto nos aíslan; reconozcamos que las verdades antropológicas y las verdades de nuestra fe nos harían ver más allá sin quedarnos en los inmediatismos; también va bien reconocer que los Coloquios por la paz y las firmas de Convenios promovidos por los Jesuitas, la Confederación de Superiores de Religiosos y la Conferencia del Episcopado Mexicano y los mensajes de esta última motivaron una gran participación en las elecciones y un gran deseo de construir la paz y la democracia.

Ahora volvamos a la cuestión ¿Qué escenario postelectoral podemos vislumbrar? O ¿Qué escenario postelectoral nos conviene contruir? Pienso que la participación de tantos ciudadanos jefes y participantes en las casillas nos hacen pensar en el deseo de construir la democracia desde un servicio sacrificado que mucho debemos reconocer; pienso que la participación de tantos votantes en México y en el extranjero es muy respetable, porque mostraron el interés para respaldar su mejor opción, ya la historia nos dirá si fue lo mejor; pienso que la Iglesia puede ahora estar más cerca que nunca de todas las personas, pobres y ricas, de un partido o de otro, para favorecer la concordia, para procurar el concierto de voluntades en la participación social que les exige su ser cristiano, para promover la reconciliación entre las partes y sus seguidores que más que representar proyectos diferentes, a veces parecían grupos enemigos; pienso que una gran oportunidad se nos presenta ante nuestros pasos, la oportunidad de dar mayor testimonio de nuestro ser cristiano viviendo los valores y los principios de la enseñanza social cristiana como la justicia, la solidaridad, la subsidiariedad y la paz.

Se presenta una nueva oportunidad para colocar en el centro de las miradas la dignidad de la persona humana y su llamado a la trascendencia como centro de los afanes de la Iglesia; se nos presenta la oportunidad de dar un testimonio más auténtico de cómo los cristianos seguimos siendo para el mundo, con un gobierno o con otro, lo que el alma es para el cuerpo. ¿Qué escenario vislumbramos? Quizá solo me limité a dar elementos para poder soñar desde nuestra fe ese escenario que hemos de construir para poder ahí participar.


Autor

Es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México.