100 días de continuidad destructiva

Leer más
COLUMNA

Trigo y cizaña

Era de Trump

El proyecto conservador trumpista, respaldado por capitales de grandes millonarios y múltiples asociaciones, es una bomba atómica que viene a reconfigurar la geopolítica mundial

22 enero, 2025
POR:
Autor

Ordenado sacerdote para la Diócesis de Ciudad Juárez, México, el 8 de diciembre de 2000, tiene una licenciatura en Ciencias de la Comunicación (ITESM 1986). Estudió teología en Roma en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum y en el Instituto Juan Pablo II para Estudios del Matrimonio y la Familia. Actualmente es párroco de la Catedral de Ciudad Juárez, pertenece a los Caballeros de Colón y dirige el periódico www.presencia.digital 

Desde el 5 de noviembre comenzó una nueva época en la historia con la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Desde aquel día y ahora con su toma de posesión, el lunes 20 de enero pasado, inició la derrota de la Agenda 2030, el globalismo y las ideologías antihumanas impulsadas por George Soros, y a la que le apostaron Joe Biden, Kamala Harris, Obama y los Clinton. Perdió la agenda “woke” y ganó un nuevo proyecto político –ya no republicano ni demócrata– llamado MAGA: Make America Great Again.

El proyecto conservador trumpista, respaldado por capitales de grandes millonarios y múltiples asociaciones, es una bomba atómica que viene a reconfigurar la geopolítica mundial. La salida decretada por Trump de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud y del Acuerdo Climático de París es una derrota al globalismo y a la agenda verde. Nos preguntamos ¿cómo será la relación de Trump y su Proyecto 2025 con el gobierno de México, el cual enarbola la bandera de la Agenda 2023 de la ONU? La confrontación de dos gobiernos vecinos con dos cosmovisiones distintas no auguran años fáciles.

MAGA y la agenda pro-vida
Una de las primeras medidas implementadas por Trump ha sido desmantelar las políticas pro-aborto de Joe Biden, las cuales fueron respaldadas por la OMS. Se reinstaurará la Política de la Ciudad de México, la cual bloqueará la financiación del aborto en países extranjeros con fondos públicos; Planned Parenthood –la organización abortista más grande del mundo– tendrá significativos recortes; los fármacos abortivos tendrán una regulación más estricta y se indultarán a activistas pro-vida que están en la cárcel por protestar contra el aborto.

Estas medidas apuntan a combatir uno de los problemas más grandes que enfrenta para su futuro Estados Unidos: la caída de la tasa de natalidad, que hoy está en 1.66 hijos por mujer. Para que una generación pueda reemplazarse a sí misma se necesita que la tasa sea de 2.1 hijos por mujer. Elon Musk –quien respalda a Trump y es parte de su equipo– ya había señalado que el problema para el futuro de la humanidad no es la sobrepoblación –como el globalismo nos lo ha hecho creer– sino la despoblación. Esta última es uno de los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU.

Si MAGA tiene como uno de sus objetivos impulsar que los norteamericanos tengan más hijos para no depender tanto de la inmigración, Trump y sus aliados tendrán que lograr que los ciudadanos cambien su actitud hacia aquello que hace que crezca el número de abortos: la banalización de la sexualidad. Mientras la sociedad norteamericana –rica, lúdica y hedonista– mantenga una visión recreativa de la sexualidad, creyendo que ello los hace libres, continuará la presión en los estados para que el aborto se despenalice.

El proyecto MAGA difícilmente se realizará si no se construyen familias fuertes y virtuosas. Sin un descenso significativo del consumo de drogas y pornografía, por ejemplo, y sin un crecimiento al amor al trabajo duro y, sobre todo, sin volver a la religión cristiana como la raíz de la grandeza de su civilización, Estados Unidos seguirá su declive y no volverá a ser grande. Se necesita una reforma profunda del espíritu de la nación para recuperar ese puesto que ocupó Estados Unidos como primera potencia mundial en el concierto de los pueblos.

Algunos quizá comparen a Donald Trump con César Augusto, aquel emperador Roma que logró pacificar el territorio del imperio con la “Pax romana”, debido a que el norteamericano está derribando la agenda progresista y las ideologías antihumanas para abrir una era de sentido común, paz y tranquilidad mundial. Pero no cometamos el error de convertirlo en san Donaldo. Su agenda MAGA y cualquier otra agenda política no encarnará jamás los ideales del Evangelio de Jesucristo. Como católicos cooperemos con todo lo positivo que tengan los proyectos políticos y rechacemos lo que de ellos nos aleja del Evangelio.

Artículo publicado originalmente en el Blog del P. Eduardo Hayen

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.


Autor

Ordenado sacerdote para la Diócesis de Ciudad Juárez, México, el 8 de diciembre de 2000, tiene una licenciatura en Ciencias de la Comunicación (ITESM 1986). Estudió teología en Roma en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum y en el Instituto Juan Pablo II para Estudios del Matrimonio y la Familia. Actualmente es párroco de la Catedral de Ciudad Juárez, pertenece a los Caballeros de Colón y dirige el periódico www.presencia.digital