Una mascota, un signo
Si mi memoria no me falla, por vez primera en la historia el Vaticano ha presentado una mascota (sí, una mascota) para la celebración del Jubileo de 2025.Se trata de “Luce”, un muñeco diseñado por el artista italiano Simone Legno y que, según han dicho los organizadores de la multitud de actos que conforman el […]
Si mi memoria no me falla, por vez primera en la historia el Vaticano ha presentado una mascota (sí, una mascota) para la celebración del Jubileo de 2025.
Se trata de “Luce”, un muñeco diseñado por el artista italiano Simone Legno y que, según han dicho los organizadores de la multitud de actos que conforman el año jubilar, encarna al peregrino moderno.
Con un impermeable amarillo, una cruz de misión y un bastón de peregrino, que simbolizan el viaje de la esperanza.
“Luce” (“Luz” en español) representa un guiño juguetón que quiere conectar los temas espirituales tradicionales la peregrinación, la indulgencia, el perdón, la reconciliación con la cultura contemporánea.
“Sus ojos vibrantes, que representan la luz de la fe, sirven como un símbolo identificable para las generaciones más jóvenes”, ha dicho el Vaticano durante la presentación de “Luce”.
No se puede ocultar la razón de fondo: se trata de un año excepcional en el que la Iglesia quiere mostrar al mundo su frescura y su gran capacidad de atracción. Los jóvenes quieren algo más que sermones.
Quieren alegría. El papa Francisco lo ha dicho: a nadie convence una cara de vinagre, aunque nos
empeñemos en demostrar que “la cosa va en serio”.
Y algo más: al presentar una mascota para iniciar el Jubileo, la celebración y sus frutos se desclericalizan. Este mundo tumultuoso y desgarrado necesita la explosión de la alegría que viene de la fe.
A lo mejor una pequeña mascota puede ser el puente tendido hacia la indiferencia, hacia la noción cada vez más extendida, pero cada vez más refutada por la misma ciencia, de que todo acaba aquí.
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