¿Qué nos enseña tener la ausencia o presencia de Jesús?
Se trata de una pesca a pedido o sugerencia de Jesús, precedida por una noche sin éxito alguno
El que los discípulos hayan querido pescar “en la noche” ¿Tiene algo que ver con la infecundidad de su esfuerzo? El hecho de que se encontraran con Jesús “al amanecer” ¿Tiene que ver algo con la pesca abundante?
Este tercer domingo de pascua llegamos al último relato del evangelio de San Juan. Este último encuentro entre Jesús resucitado y sus discípulos es una pesca abundante después de una noche de trabajo inútil. Para poder comprender mejor este relato de encuentro y pesca resulta interesante compararla con otro relato muy semejante que se encuentra en los primeros pasos del ministerio de Jesús en Galilea, nos lo narra el evangelista San Lucas (5,4-11).
Después de haber predicado Jesús desde la barca de Simón Pedro le pidió que remaran mar adentro, ellos lo hicieron, entonces les pidió que lanzaran las redes. Pedro le dijo que habían pasado toda la noche intentando pescar y no habían logrado nada pero que en su nombre las echaría. Así lo hizo y pescaron tanto que debieron venir otras barcas a ayudarlos. Este pasaje es muy semejante, en ciertos aspectos al texto que analizamos hoy. En primer lugar, se trata de una pesca a pedido o sugerencia de Jesús, precedida por una noche sin éxito alguno. Después de la pesca Simón Pedro se declara pecador indigno de la compañía de Jesús, pero Jesús confirma su llamado diciéndole que a partir de aquel momento haría de ellos pescadores de hombres.
En nuestro pasaje Pedro se lanza primero que nadie a estar con Jesús resucitado y, después de comer sostiene un diálogo con Jesús que hace referencia a las tres negaciones de Pedro, y después de recibir Jesús la triple respuesta de Pedro confirma su llamado a ser el pastor de las ovejas. Con respecto a la noche de esterilidad, sobre todo el evangelio de San Juan sí hace mucha referencia al valor simbólico entre el día, el tiempo de Dios, el tiempo de la salvación y la noche como tiempo del mal. Por ejemplo, el encuentro fructífero entre Jesús y la Samaritana sucede a medio día, el llamado a los dos primeros discípulos es a medio día. En cambio, el discípulo secreto Nicodemo va de noche a ver a Jesús, siempre está lleno de temor y solo participa hasta la sepultura de su maestro.
La salida de Judas para ejecutar la traición contra Jesús es de noche. Por lo tanto, es razonable pensar que de noche y ausencia de Jesús los discípulos no logren fructificar, de mañana y contando con la presencia de Él lograrán un fruto abundante.
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