¿Qué hacen de extraordinario?

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COLUMNA

Cultura Bíblica

¿Qué hacen de extraordinario?

Los pecadores aman y hacen el bien a sus cómplices, prestan esperando cobrar. En este sentido el obrar cristiano debe ser diferente, en cierto modo extraordinario o meritorio

21 febrero, 2025

Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 27-38

En el discurso que leemos hoy el Señor Jesús repite varias veces la pregunta ¿Qué hacen de
extraordinario?… ¿Quiere decir esto que es obligatorio para nosotros hacer siempre cosas
extraordinarias?

El discurso que escuchamos hoy forma parte del sermón de Jesús en la llanura que abarca todo el
capítulo sexto del evangelio de san Lucas. Habiendo iniciado con las bienaventuranzas y los ayes, ahora
pasa a exhortaciones que contienen en muchos casos una motivación.

La primera parte va de los versículos 27 al 30 y la unidad temática es el no responder con violencia a quien se comporta violentamente contra uno. En el versículo 32 enuncia la regla de oro: “trata a los demás como quieras que los otros te traten a ti”. Del versículo 33 al 34 tenemos una enseñanza por comparación.

El comportamiento de los discípulos del Señor tiene que ser diferente al comportamiento de los
pecadores. Los pecadores aman y hacen el bien a sus cómplices, prestan esperando cobrar. En este
sentido el obrar cristiano debe ser diferente, en cierto modo extraordinario o meritorio.

El mérito que Jesús propone es amar sin ser amado, hacer el bien sin ser correspondido y prestar sin esperar pago.

Lo extraordinario radica en que no parece haber proporción o equidad. Si relacionamos estas tres
acciones con la regla de oro expresada en el versículo 32,
entonces comprenderemos que Jesús pide
iniciar una nueva forma de relación, no la lógica y ordinaria sino la de hacer a otros y tratar a otros
como no esperan ser tratados, simplemente porque así uno mismo quisiera ser tratado.

Para concluir este trozo del discurso el Señor regresa a exhortaciones sobre el amor a los enemigos (vv. 35-38), pero ahora introduce un referente no tomado en cuenta hasta ahora. Todo lo que uno hace por el bien de otros tiene paga desde la providencia de Dios. Así llegamos a la expresión “serás medido con la misma medida con que midas a los demás”.