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COLUMNA

Cultura Bíblica

Jesús y el cántico del amor de San Pablo

El amor es el ejercicio de muchas virtudes que buscan el bien de otras personas. 

9 mayo, 2021
Jesús y el cántico del amor de San Pablo
La Última Cena en el cenáculo. Foto: Especial

Del santo Evangelio según san Juan: 15, 9-17

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena. Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado.

Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.

No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros”.

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Al escuchar esta parte del discurso de Nuestro Señor en la Última Cena no queda duda de que el centro o eje sobre el cual gira la vida cristiana es el amor. El amor vivido como Jesús los vivió.

Esta enseñanza consta de tres partes. La primera de ellas (Jn 15,9-10) está dedicada a anunciar la dinámica del amor en Dios y hacia la humanidad: El Padre ama al Hijo y el Hijo nos ama, a nosotros toca permanecer en el amor del Hijo cumpliendo lo que nos manda, así como el Hijo permanece en el amor del Padre.

La segunda parte (Jn 15,11) es una admonición que subraya la importancia de este discurso. La tercera parte (Jn 15,12-17) es el enunciado del mandamiento y su explicación, a saber, “ámense los unos a los otros como yo los he amado” explicado con seis aplicaciones. Amar como Jesús es dar la vida por los amigos, es obedecer, es darse a conocer, es ser responsable de la relación, es ser fecundos y es interceder ante el Padre.

San Pablo en su Primera Carta a los Coríntios (1Co 12,31-13,13) su cántico cuenta con tres secciones, también: la primera de ellas (1Co 12,31-13,3) introducción y supremacía del amor sobre carismas y virtudes, la seugnda parte (1Co 13,4-7) es la explicación del amor hasta lo ilimitado, la tercera parte (1Co 13,8-13) nueva supremacía del amor sobre las virtudes y los carismas.

Hablemos de las diferencias entre estas dos composiciones sobre el amor. En primer lugar se trata de dos contextos temáticos distintos, Jesús está desarrollando un discurso especialmente dedicado a hablar de la fructificación de los discípulos hacia el mundo. San Pablo, por su parte dirige su discurso al comportamiento de los cristianos entre sí, sobre todo en referencia a los carismas y virtudes que se practican en la comunidad.

Una segunda diferencia es que en el Evangelio el amor no es un don sino el ejercicio de conductas que ejemplifica Jesús y así les invita a los discípulos a comportarse.

Jesús en el Evangelio no establece ninguna comparación del amor con las demás virtudes o dones, en cambio, san Pablo insiste en la mayor parte del cántico en esta comparación.

Las similitudes: en primer lugar ambos textos son exhortativos, llaman a poner por obra lo que se enseña en ellos. El amor es una virtud superior que lleva a la alegría completa, que permanecerá para siempre. El amor no es un sentimiento sino el ejercicio de muchas virtudes que buscan el bien de las otras personas.