Evangelio del domingo 29 de octubre 2023: ¿Culto o caridad?
Para demostrar el amor a Dios hay que practicar el amor a los demás.
Evangelio según san Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?».
Él le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas.
¿Culto o caridad? ¿Qué importa más?
Nos hallamos en el periodo del ministerio de Jesús en Jerusalén. Varias de sus parábolas son confrontativas y a veces hasta condenatorias de la incredulidad de los judíos. El pasaje de este día no parece tan marcadamente negativo, se trata de una pregunta para probar su sana doctrina.
Tal vez nos ayude a comprender la respuesta de Jesús hacer mención de dos textos. El primero es del Evangelio de san Marcos (12,28-34), en este pasaje, que es paralelo al que leímos hoy, al responder
Jesús con dos mandamientos en vez de uno, el escriba añadió: “Muy bien Maestro; tienes razón al decir que Él es único y que no hay otro fuera de Él, y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia
y con todas las fuerzas; y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios”. Con estas palabras, el escriba hace evidente la discusión que se daba entre grupos judíos sobre la relación del primer mandamiento con la moral o con el culto.
Algunos hacían recaer la relación entre el primero y segundo mandamiento en el culto. Amar a Dios se refería principalmente a rendirle culto solo a Él. Otros, como Jesús, ponían el acento en practicar la caridad con los demás. El segundo texto que nos aclara por qué Jesús pensaba así está en el mismo Evangelio de san Mateo (25,37-40); durante su discurso sobre el juicio final de la humanidad dice lo siguiente: “Entonces los justos le preguntarán: ‘Señor ¿Cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te acogimos, o desnudo y te vestimos?’…
Y el rey les dirá: ‘Les aseguro que cuanto hicieron a uno de estos mis hermanos más pequeños a mí me lo hicieron’”. Así es como Jesús nos indica la razón por la que el segundo mandamiento está unido al primero. Para demostrar el amor a Dios hay que practicar el amor a los demás. Así es que la formulación del primer mandamiento exigía que también expresara el segundo.
Mons. Salvador Martínez Ávila es biblista y Rector de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe.