Evangelio 9 de julio 2023: ¿Por qué Dios no se revela a sabios?
Este día en la oración que hace Jesús nos declara que Dios se revela a los seres humanos, más allá de nuestra capacidad limitada.
Evangelio 9 de julio 2023, según San Mateo (Mt 11, 25-3)
En aquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre; nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”.
¿Por qué Dios no se les revela a los sabios y entendidos?
Este domingo nos encontramos en una sección formada por los capítulos once y doce del Evangelio de san Mateo. Se trata de un conjunto de enseñanzas o declaraciones de Jesús durante su ministerio en Galilea. Este día encontramos básicamente dos, una oración dirigida al padre dando gracias por su revelación a los sencillos y humildes. Y un llamado a los que están cansados y agobiados para que se refugien en Jesús.
Sobre el primero de los temas de la revelación de Dios es recurrente en varios libros de la Sagrada Escritura. Pero antes de analizar esos textos es importante reconocer que las capacidades humanas son siempre limitadas. Podemos ver, pero no vemos todo, porque es muy pequeño para verlo a simple vista, o porque está demasiado lejos, o porque simplemente la luz que refleja está fuera del rango de luz que perciben nuestros ojos. Nuestra mente está hecha para comprender, para conocer, pero no de forma ilimitada.
Este día en la oración que hace Jesús nos declara que Dios se revela a los seres humanos, más allá de nuestra capacidad limitada. No depende del coeficiente intelectual o de la mucha cantidad de conocimientos que tenga nuestra mente.
San Pablo, en su primera carta a los Corintios, capítulos uno al cuatro, hace una reflexión prolongada sobre cómo la sabiduría de dios no coincide con la sabiduría humana. Dios escogió la cruz para manifestar su sabiduría, pero este signo es para los judíos un escándalo, porque dice: “maldito todo aquel que cuelgue de un madero”. Y para los griegos es una necedad porque no aceptan que por medio de un ejecutado se pueda ofrecer la salvación.
San Marcos, en su evangelio a lo largo de casi toda su obra, repite que las personas no sabían qué pensar de Jesús; lo admiraban, pero no entendían del todo quién era él. Hasta que Jesús murió en la cruz, el centurión romano dijo: “en verdad este era el hijo de Dios (mc 15,39).
Por su parte, san Juan acusa a los judíos de preferir los criterios del pecado que aceptarlo a él como hijo de dios (jn 8). San Juan concuerda con san mateo en que el único que puede revelar al padre es el hijo (jn 1,18), y el padre, el único que puede revelar al hijo. Así pues, Jesús da gracias al padre porque la revelación es entregada a los corazones dispuestos a recibir el testimonio de dios. No se trata de complejidad intelectual, sino de disposición y apertura al testimonio de Dios.
Mons. Salvador Martínez es rector de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe.
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