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COLUMNA

Convicciones

La memoria histórica de Nicaragua usurpada por la dictadura fascista

Con la expropiación del IHNCA, hay temor de que este centro pueda ser administrado como un botín de la familia imperial: Ortega y Murillo. 

28 agosto, 2023
La memoria histórica de Nicaragua usurpada por la dictadura fascista
Rubén Aguilar
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Rubén Aguilar Valenzuela es profesor universitario y analista político. 

El pasado 16 de agosto, la dictadura fascista de Nicaragua expulsa a los jesuitas de la Universidad Centroameicana (UCA) y expropia todos sus bienes, entre ellos el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA).[1]

Ese día todavía no ocurría la supresión de la Compañía de Jesús en Nicaragua y la confiscación de todos sus bienes en el país, cosa que ocurrió el pasado 23 de agosto. Los jesuitas ya empezaron a salir de Nicargaua.

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¿Qué es el IHNCA?

Es un centro con más de 70,000 documentos históricos, creado en 1960, junto con la UCA. Es una iniciativa de los padres jesuitas Álvaro Argüello Hurtado y Manuel Ignacio Pérezalonso.

Estos historiadores promovieron el estudido de la historia de Nicaragua y Centromáerica, crearon escuela, y al tiempo, canalizaron esfuerzos y recursos a la adquisión de documentos hitóricos para el acervo del IHNCA.

El padre Pérezalonso, al que conocí cundo era jesuita, tuvo dificultades con la dicatdura somocista y se asiló en México. Aquí, entre otras cosas, fue rector de la Universidad Iberoamericana y director del  Archivo Histórico de la Compañía de Jesús, de la Provincia de México.

Su rica colección de libros, documentos hitóricos y piezas arqueológicas de distinta culturas, las donó a la univesridad, que en alguna ocasión las ha expuesto en la Biblioteca Francisco Xavier Clavijero.

Los jesuitas, a lo largo de las pasadas década, en el marco de un proyecto de fortalecimiento del IHNCA, han ampliado su acervo a traves de adquisiciones de libros y documentos, y también de donaciones privadas.

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Se conservan textos desde el Siglo XVI. Ahí está archivada la historia de Nicaragua de los últimos 500 años.  Es un centro de referencia para los investigadores de la historia de Nicaragua y la región centroamericana. 

Los jesusitas han formado a un equipo de profesionales de la más alta calidad, que son los responsables de la alimentación, cuidado y uso del acervo documental. 

El pasado 23 de agosto, el mismo día que se suprimió a la Compañía de Jesús en Nicaragua, la segunda al mando de la dictadura, Rosario Murillo, inauguró el Instituto de Historia “Héroes de Nicaragua”.

El sentimiento de los intelectuales de Nicaragua, de Centromérica y del mundo es de pérdida.  Se le asume como un crímen al mundo del pensamiento y al trabajo de investigación.

Ahora la IHNCA pasa a ser un centro oficial del régimen.

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La dictaura tiene su propia versión de la historia de Nicaragua y del mundo. Hay una rígida y hortodoxa historia oficial. El “nuevo” centro se da por seguro, no dará acceso al acervo a historiadores que no simpatizan con el régimen.

El acervo del IHNCA ha sido hasta ahora un patrimonio de la nación y ha así se ha manejado. En esta nueva realidad hay temor de que pueda ser administrado como un botín de la familia imperial, como el padre y poeta Ernesto Cardenal llamaba a la de Ortega y Murillo. 

También existe el temor a que documentos históricos de un gran valor patrimonial y también monetario, en manos de una familia inmesamente corrupta que asume que todo lo que existe en Nicaragua es de su prpiedad, puedan ser vendidos a coleccionistas en el mercado mundial.  

La supresión de la Compañía de Jesús en Nicaragua, el cierre de sus obras y la confiscación de todos sus bienes, es un atentado contra la libertad y la inteligencia. Es seguir el camino de la barbarie por el que transita la dictaudra. La razón se ha perdido años atrás, gobierna la locura.


[1] Con información de un artículo de Octavio Enríquez, Confidencial, Costa Rica, 24.08.23.


Autor

Rubén Aguilar Valenzuela es profesor universitario y analista político.