Evangelio y lecturas de la Misa del Domingo 12 de enero 2025, Bautismo del Señor

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COLUMNA

Comentario al Evangelio

Evangelio y lecturas de la Misa del Domingo 12 de enero 2025, Bautismo del Señor

Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: “Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”.

11 enero, 2025
Evangelio y lecturas de la Misa del Domingo 12 de enero 2025, Bautismo del Señor
Fiesta del Bautismo del Señor. Foto: Especial

Lecturas y Evangelio del 12 de enero de 2025

  • Primera Lectura: Isaías (42, 1-4. 6-7).
  • Salmo: 103, 1-2ª. 2b-4. 24-25. 27-28. 29-30
  • Segunda Lectura: Hechos de los Apóstoles (10, 34-38).
  • Evangelio del día: Evangelio según San Lucas (3, 15-16. 21-22).
  • Comentario al Evangelio

Primera Lectura

Lectura del Profeta Isaías (42, 1-4. 6-7)

Esto dice el Señor:
“Miren a mi siervo, a quien sostengo,
a mi elegido, en quien tengo mis complacencias.
En él he puesto mi espíritu
para que haga brillar la justicia sobre las naciones.

No gritará, no clamará, no hará oír su voz por las calles;
no romperá la caña resquebrajada,
ni apagará la mecha que aún humea.
Promoverá con firmeza la justicia,
no titubeará ni se doblegará
hasta haber establecido el derecho sobre la tierra
y hasta que las islas escuchen su enseñanza.

Yo, el Señor,
fiel a mi designio de salvación,
te llamé, te tomé de la mano, te he formado
y te he constituido alianza de un pueblo,
luz de las naciones,
para que abras los ojos de los ciegos,
saques a los cautivos de la prisión
y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas”.

Palabra de Dios.

Salmo

Salmo 103, 1-2ª. 2b-4. 24-25. 27-28. 29-30

/R/ Bendice al Señor, alma mía.

Bendice al Señor, alma mía:
Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza.
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. /R/

Por encima de las aguas construyes tu morada.
Las nubes son tu carro;
los vientos, tus alas y mensajeros;
y tus servidoras, las ardientes llamas. /R/

¡Que numerosas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con maestría!
La tierra está llena de tus creaturas.
y tu mar, enorme a lo largo y a lo ancho,
está lleno de animales pequeños y grandes. /R/

Todos los vivientes aguardan
que les des de comer a su tiempo:
les das el alimento y lo recogen,
abres tu mano y se sacian de bienes. /R/

Si retiras tu aliento,
toda creatura muere y vuelve al polvo.
Pero envías tu espíritu, que da vida,
y renueva el aspecto de la tierra. /R/

Segunda lectura

Lectura de los Hechos de los Apóstoles (10, 34-38)

En aquellos días, Pedro se dirigió a Cornelio y a los que estaban en su casa, con estas palabras: “Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que fuere. Él envió su palabra a los hijos de Israel, para anunciarles la paz por medio de Jesucristo, Señor de todos.

Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”.

Palabra de Dios.

Evangelio del día 12 de enero 2025

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 3, 15-16. 21-22

En aquel tiempo, como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan el Bautista era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego”.

Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: “Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”.

Palabra del Señor.

Comentario al Evangelio

Con la fiesta del Bautismo del Señor se cierra el tiempo de la Navidad. Ahora, la liturgia desea ayudarnos a comprender la misión de Jesús: el Hijo de Dios ha asumido nuestra carne para elevarnos a la dignidad filial, siendo hijos en el Hijo de un mismo Padre. En esta perspectiva, la lectura del Evangelio nos presenta varios matices para comprender este acontecimiento bautismal que, a continuación ennumero:

La apertura de los cielos y el descenso del Espíritu. En la Sagrada Escritura, el cielo abierto manifiesta la acción de Dios en la historia; y el descenso del Espíritu bajo «la forma sensible como de una paloma», recuerda, en primer lugar, el pasaje del diluvio, siendo la paloma mensajera del inicio de una nueva
era; mientras que, en el libro del Cantar de los Cantares, la paloma está asociada a la nupcias. Se puede decir que, en el Bautismo del Señor se inaugura una nueva era, «la nueva creación en el Hijo», además de la paz definitiva entre el cielo y la tierra, con la llegada del nuevo y definitivo Esposo, Cristo.
Ahora nos corresponde preguntarnos: ¿cómo hemos vivido el don de ser hijos de Dios?

San Juan evangelista a este respecto dirá que, ser hijos significa abrazar la verdad en el don de la fe, así como, amar a Dios en nuestros semejantes. ¿Qué me está haciendo falta en mi conducta para manifestar que soy hijo(a) de Dios?

El Señor abre para nosotros la fuente bautismal. Los Padres de la Iglesia, en los primeros siglos, reflexionaron sobre el Bautismo de Jesús, expresando que, el Señor no necesitaba de un bautismo de penitencia; sin embargo, se enfila como uno de nosotros para mostrarnos el camino hacia la fuente bautismal que será en la Cruz: «Considera dónde eres bautizado, de dónde viene el Bautismo:
de la cruz de Cristo, de la muerte de Cristo. Ahí está todo el misterio: Él padeció por ti. En él eres rescatado, en él eres salvado. (San Ambrosio, De sacramentis 2, 2, 6).

Jesús se bautiza entre la gente. Este dato es bastante importante, porque el Señor no se bautiza aparte, sino estando en medio del pueblo. Se puede inferir que, Jesús no ha venido para buscar los primeros lugares, sino para servir y dar su vida en rescate de muchos.