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COLUMNA

Ángelus Dominical

Vivir el contagio

Vivir el contagio me metió en una crisis bio-psicológica –como a tantos- y se pudo superar con su respectiva dificultad y sigo adelante con los retos y cautelas

12 febrero, 2023
Vivir el contagio
P. Eduardo Lozano en Ángelus Dominical

ANTES DE CONTAGIARME por el covid-19 era suficiente extender las alas para empezar a volar aun sin moverlas: podía desplazarme no solo por encima de mares y montañas, también por diversos siglos y hasta por recónditos tiempos futuros aún sin que se hayan vivido, ir y volver recorriendo actitudes humanas e identidades colectivas, en fin; pero yéndose la enfermedad quedaron las secuelas, y hoy ya no se vuela igual que ayer…

MÁS ALLÁ DE LO FÍSICO, experimento secuelas psicológicas que no se viven igual de oídas que en carne propia, consecuencias que –me parece- no siempre son ni rápida ni fácilmente detectables y que nos pueden jugar chueco; los profesionales ya nos han hablado de tales secuelas, y las hemos de asumir como son: consecuencias de un proceso que nos implica en lo biológico y lo psicológico, en lo individual y colectivo, en lo personal y familiar…

EN LUGAR DE ESPANTARME, sencillamente me vuelvo a asombrar ante el amasijo de complejidades que somos los seres humanos: ¿de qué modo nos configuró el Creador que más allá de generalidades comunes y ordinarias también nos dotó de un amplio margen de singularidades que escapan a toda previsión?…

ABRO UNA VEZ MÁS el libro del Génesis y vuelvo a leer el mandato divino: “Crezcan y multiplíquense”, y sin apartar la atención de ese sitio, vuelvo los ojos a tantos modos en que la humanidad (incluidos tú y yo, y todos los que han pasado y vendrán en precioso futuro) va obedeciendo –con frecuencia sin clara conciencia- y el crecimiento no sólo es en número y la multiplicación no se acaba en cantidades…

CUANDO EL MEDICO hace su labor, crecemos; y si el campesino produce buenas zanahorias, nos multiplicamos; y si el político no se hace rosca con chanchullos y truculencias, crecemos; y si te alimentas sanamente y bebes agua pura, nos multiplicamos; y si evitamos producir tanta basura, crecemos; y si le das margen a tu propio organismo para que se defienda de cualquier bacteria y virus, nos multiplicamos; y si utilizas en orden y medida el medicamente prescrito, crecemos; y si lees y aprendes, nos multiplicamos…

VIVIR EL CONTAGIO me metió en una crisis bio-psicológica –como a tantos- y se pudo superar con su respectiva dificultad –como tantos- y sigo adelante con los retos y cautelas que se han de asumir sencillamente porque aquí estamos, pisando el suelo y queriendo volar alto –ojalá que todos lo podamos lograr-…

IDENTIFICO DOS MEDICINAS o remedios que me han sido útiles y no solo en esta ocasión, ya en más de una vez he visto su eficacia: recurrir con equilibrio y respeto a las relaciones humanas -¡jamás aislarse!- y mantener –también con equilibrio y respeto- el buen humor que nos facilite asumir el riesgo y la esperanza, el dolor y su sentido, el peligro y su solución…

LO QUE SE REPITE en ambientes escolares para situaciones de emergencia tiene su gran riqueza: no correr, no gritar, no empujar; eso mismo hemos de replicarlo en el ambiente familiar y personal, pues nos da por correr detrás de soluciones facilonas sin pensar, o nos da por gritar desaforadamente como si lo que sucede en lo individual fuera una hecatombe mundial, o nos da por empujar desesperadamente como si ahí radicara la solución…

VEAMOS LO CONTRARIO y sigamos aprendiendo: si permanezco y me ubico –no correr- estaré en capacidad de visualizar el problema y su posible solución; si guardo silencio y pienso –no gritar- estaré en disponibilidad de analizar y tomar una mejor decisión; si respeto el lugar y posición del otro –no empujar- también estaré asumiendo y aprovechando mi propia situación, mi propio lugar y posibilidad…

POR EXTRAÑA RAZÓN mi Biblia cambió de página y dejando atrás el Génesis ya está abierta en la primera carta a los Corintios (12, 12 y ss), con la preciosa lección de San Pablo que dice que somos miembros de un único cuerpo, cuya cabeza es Cristo: ¡de Él seguimos tomando fuerza y forma para seguir creciendo y multiplicándonos!, ¡de Él tomamos modelo y asumimos ideal para alcanzar la estatura y gracia proyectadas por el Creador!; por favor, no cierres tu Biblia y sigue leyendo y meditando el himno de la carta a los colosenses (1,12-20), de modo que ahí descubras remedio y vida para superar esta pandemia y las que vengan, tales y cuales crisis y las que sean, unas y otras secuelas y las que surjan…