Nicaragua: Daniel Ortega acusa a los obispos de “terroristas”
Los obispos son parte de los pocos grupos que han sostenido una actitud crítica al autoritarismo en Nicaragua.
La semana pasada el dictador Daniel Ortega, al arranque de su campaña para reelegirse por tercera vez consecutiva como presidente de Nicaragua, calificó a los obispos como “terroristas”.
Los obispos nicaragüenses son parte de los pocos grupos que han sostenido una actitud crítica al autoritarismo y a la violación sistemática de los derechos humanos por parte del gobierno de Ortega.
La Iglesia, junto con otros grupos nacionales e internacionales, se ha pronunciado calificando los próximos comicios como ilegítimos e ilegales.
Ortega ha encarcelado a los siete candidatos opositores entre ellos a Cristiana Chamorro, que según las encuestas es la que más posibilidad tendría de ganar la elección.
En versión del dictador, los obispos -en las manifestaciones ciudadanas de 2018- participaron en “un intento de golpe de Estado” por su apoyo a quienes protestaban.
El dictador dice que los obispos, con su posición, “se convirtieron en cómplices del terrorismo; o sea, los verdaderos responsables de esos actos de terrorismo”.
La Iglesia en los eventos del 2018, que evidenció el carácter represivo del régimen, se expresó de manera contundente contra la represión y la violación de los derechos humanos.
En aquel momento el gobierno reaccionó sitiando iglesias en los barrios y amenazando a sacerdotes que apoyaban a los participantes en las manifestaciones.
Éste julio, la Conferencia Episcopal de Nicaragua hizo pública su posición pidiendo “el respeto al voto del pueblo, para que las elecciones sean creíbles, justas y transparentes”.
Y también que se permitan “las concentraciones libres y se respeten los derechos humanos de todos los nicaragüenses” y también que se libere a los presos políticos.
Ortega, además de los candidatos, ha ordenado también el encarcelamiento de líderes históricos del sandinismo, de periodistas, de activistas sociales, de feministas y empresarios.
La Iglesia de Nicaragua es una voz citica a las atrocidades de la dictadura que encabezan el presidente Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, la vicepresidenta.
Las elecciones tendrán lugar el próximo noviembre y el dictador, en las siguientes semanas, por su posición independiente, va a endurecer su política represiva en contra de los obispos y los sacerdotes.
La Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), de manera pública, tendría que solidarizarse con la Iglesia de Nicaragua y con su pastores.
Y también denunciar la represión y la violación sistemática de los derechos humanos del régimen que encabeza Ortega y Murillo, a quienes el padre Ernesto Cardenal, llama la “pareja imperial”.
Twitter: @RubenAguilar
Rubén Aguilar Valenzuela es profesor universitario y analista político.
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