La devoción a nuestra Madre
La Virgen de Guadalupe es nuestra Madre, pero no sólo de título, Ella escucha nuestras plegarias desde cualquier rincón donde la invoquemos.
El 12 de diciembre de 1981, 450º. Aniversario de las Apariciones de la Virgen de Guadalupe, el Papa San Juan Pablo II se enlazó a la Basílica de Guadalupe a través de un radiomensaje. El Papa dijo que México era un País mayoritariamente católico … pero 100% Guadalupano ¿Qué había percibido el Papa en el Pueblo mexicano en su visita de 1979?
El “Santo Papa” había captado algo que traemos en la sangre: el amor, la devoción, el cariño a la Virgen de Guadalupe, un amor y una devoción que no distingue estratos sociales, región de origen, edades, incluso posturas ideológicas o políticas, …; por encima de todo ello, está el amor de los mexicanos a la “morenita”.
Ella es nuestra Madre, pero no sólo de título, Ella escucha nuestras plegarias desde cualquier rincón donde la invoquemos, desde cualquier lugar donde esté su bendita imagen; como verdadera Madre nos escucha las 24 horas del día los 365 días del año; siempre está ahí, esperando nuestra plegaria como nuestra Mamá, siempre atenta a sus hijos…
Y cuando estos cuidados y favores de la Virgen Madre de Cristo son palpables, cuando nos toca vivirlos en carne propia, o en la de los hijos, … es cuando amamos, no en teoría, sino con todo el corazón a esta Madrecita del Tepeyac
Su presencia y su patrocinio sobre México y sobre cada uno de nosotros es pacto de amor para siempre entre el Pueblo de México y la Madre de Dios.
Como decimos en el canto… ¡ES DE MARÍA LA NACIÓN!
*Pbro. Dr. Juan de Dios Olvera Delgadillo Canónigo de Guadalupe.