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¿Inclusive?

La inclusión va más allá de la neutralidad en el género de la palabra, que por cierto, “El Perro” Bermúdez desarrolló con su ¡Vamos muchaches!

18 marzo, 2022
¿Inclusive?
Abraham Flores
POR:
Autor

Educador. Casado y padre de tres hijos. Ingeniero químico con estudios de filosofía, antropología, teología e impro teatral. Desarrollador de procesos creativos para empresas, instituciones (eclesiales y gubernamentales), organizaciones de la sociedad civil. Evaluador de proyectos de inversión y consultor en procesos de desarrollo del cliente. Flp 4,13. 

Algunos pensarán que el nombre de esta reflexión tiene que ver con un tratamiento de inclusión lingüística o de neutralidad en el género de la palabra, que magistralmente, desde hace décadas, Enrique “El Perro” Bermúdez ha desarrollado en los partidos de la Selección Mexicana con su famosa arenga: ¡Vamos muchaches!

Otros, tal vez, relacionarán el término del inglés, que se traduce como inclusivo, es decir, que a un elemento lo incluye, lo incorpora; dicha entidad es parte esencial de ese sistema; una persona de un equipo o de una comunidad.

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Estar incluido en una lista puede ser benéfico o perjudicial, porque depende si es una lista “negra” o una lista de ganadores de un premio.

Por otra parte, el tema de inclusión no se reduce a unos cuantos aspectos de la compleja realidad social, porque vivir de manera inclusiva, como sujetos en esta sociedad, implica reconocer que no a todos les debe gustar el programa de moda o la vestimenta de moda, que acaba uniformando a todo un segmento, a una tribu.

Por ejemplo, la cultura de la fiesta infantil en México dicta que si es celebración debe haber por norma: refresco o agüitas saborizadas. Inclusión implica contemplar aquello que podría ser común y universalmente aceptado: agua.

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No obstante, si un niño en la fiesta toma agua, no faltarán aquellos que lo miren con un dejo de lástima, de conmiseración: ‘pobrecito, no toman lo que yo, lo que todos nosotros’.

Ahora bien, ¿cuál es el criterio de relación con los demás, la exclusión o la inclusión?

El Maestro es muy claro en sus acciones y actitudes, todos son sujetos de su atención, de su mirada, de su palabra y acción. ¿Cuál es el tamiz de la inclusión? La dignidad de la persona, independientemente de sus pensamientos, palabras obras y omisiones: ‘¡Come con pecadores y prostitutas!’ ‘¡Tocó a un leproso!’ ‘¡Está hablando con una mujer, además es samaritana!’

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Por tanto, es vital entrenarnos a la luz del Espíritu para mirar, actuar y dialogar desde la inclusión, con entrañas de misericordia para acoger al otro, al que es y piensa diferente, inclusive…




Autor

Educador. Casado y padre de tres hijos. Ingeniero químico con estudios de filosofía, antropología, teología e impro teatral. Desarrollador de procesos creativos para empresas, instituciones (eclesiales y gubernamentales), organizaciones de la sociedad civil. Evaluador de proyectos de inversión y consultor en procesos de desarrollo del cliente. Flp 4,13. 

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