¿Se puede ser feminista y católica? 4 pensadoras que combinan la fe y la lucha por la igualdad

Leer más
COLUMNA

Columna invitada

Cómo tener fe en tiempos de violencia

La realidad social es confusa, pero el verdadero problema es encerrarnos en nosotros mismos.

27 noviembre, 2018
Cómo tener fe en tiempos de violencia
Cómo tener fe en tiempos de violencia

No cabe duda; la vida es maravillosa. Sin embargo, no faltan las penas y los problemas. Y por si fuera poco, a veces en el horizonte vemos nubes que anuncian tormentas en casa, la escuela, el trabajo, la Iglesia, el país y el mundo. Frente a esto, podemos sentir sorpresa, enojo, confusión, tristeza y miedo, hasta terminar pensando que nada bueno se puede esperar; que no vale la pena luchar por algo mejor.

Pero, ¡cuidado! Esta resignación es muy peligrosa, ya que como dijo el Papa en Morelia: “nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino”; nos encierra en nosotros mismos convirtiéndonos en presa de las circunstancias e indiferentes con los demás.

Sin embargo, tarde o temprano surge la pregunta: ¿De verdad no es posible construir un futuro? Esta interrogante nos abre a Dios, creador de todas las cosas, que ha venido a nosotros en Jesús para ofrecernos un futuro sin límites y sin final.

Jesús se encarnó para, amando hasta dar la vida, liberarnos del pecado, comunicarnos su Espíritu y hacernos hijos de Dios, partícipes de su vida por siempre feliz, que consiste en amar ¡Ese es el futuro que nos ofrece: el triunfo definitivo del amor, que instaura para siempre la verdad, la justicia, el bien, el progreso y la vida!

Así nos llena de la esperanza que nos da fuerza para seguir adelante, con aquella actitud que nos propone san Agustín: “Siempre que padecemos alguna tribulación hemos de ver en ella un aviso y una corrección”.

Aprendamos del pasado y aprovechemos el presente para mejorar nuestra vida personal, familiar y social, y así construir el futuro, guiados por Aquél que ha dicho: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.

*Monseñor Eugenio Lira Rugarcía es Obispo de Matamoros, en Tamaulipas, uno de los estados más violentos del país. Anteriormente fue Obispo Auxiliar de Puebla y Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano durante el periodo 2013-2016.