¿Por qué este 24 de diciembre debemos ir dos veces a Misa?
Este año ocurrirá una situación poco común, que no sucedía desde el 2017. ¿Por qué debemos ir a dos Misas? Aquí te lo explicamos.
Es escritora católica y creadora del sitio web Ediciones 72, colaboradora de Desde La Fe por más de 25 años.
Este año, el cuarto Domingo de Adviento cae 24 de diciembre, el mismo día que la Nochebuena. Una situación poco común, que no sucedía desde hace varios años. ¿Qué debemos hacer para cumplir con el precepto dominical y con la Solemnidad de la Natividad del Señor? ¿Se puede cumplir con ambas asistiendo únicamente a la Vigilia de Nochebuena?
Una reflexión:
A un papá, su hijo lo invita a desayunar los domingos, y en su cumpleaños a merendar.
Un día su cumpleaños cayó en domingo. El papá se puso feliz pensando que vería a su hijo en la mañana y en la noche, pero éste llamó para decirle: ‘oye, eso de vernos dos veces es demasiado, qué flojera. Escoge la que prefieras.’
El papá se quedó muy triste al ver que lejos de alegrarse de poder verlo dos veces, su hijo buscaba ¡ahorrarse una!
Así se ha de sentir el Señor en esta Navidad.
Este domingo es Cuarto Domingo de Adviento, última de 4 semanas de preparación para celebrar la venida de Jesús. Pero como también es 24 de diciembre, por la tarde se empiezan a celebrar ya las Misas de Navidad.
Entonces hay quien piensa: ‘¡qué flojera ir a la Misa dominical y a la de Navidad! Mejor hago un ‘dos por uno’: voy el domingo en la noche, y que me cuente como la dominical y la de Navidad.
Qué pena que cuando se trata de celebrar a Jesús, que por salvarnos lo dio todo (se hizo Hombre, sometiéndose al tiempo, al espacio, a la incomprensión humana, a ser torturado, y morir crucificado), buscamos cómo pichicatearle el poquito tiempo que le dedicamos. Ya lo decía san Francisco: ‘¡el Amor no es amado!’
Debes asistir a ambas Misas, (la dominical: desde sábado por la tarde hasta domingo al mediodía; la de Navidad: domingo por la tarde o el lunes), no sólo porque ambas son de precepto, y tienen distintas Lecturas, sino porque tendrás doble oportunidad de celebrar, escuchar, recibir, amar al que dio todo por ti. ¡Es para regocijarse, no para quejarse!
Lo que te regala Dios no te lo regatea. Correspóndele de la misma manera.
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