Cuando dices: Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío,¿a qué te refieres?
Jesús nos ha dado a conocer Su Sagrado Corazón no para ver qué le sacamos, qué podemos obtener, sino para que captemos la infinitud de Su amor por nosotros
Es escritora católica y creadora del sitio web Ediciones 72, colaboradora de Desde La Fe por más de 25 años.
El Sagrado Corazón de Jesús cuenta con millones de devotos en todo el mundo que tenemos en casa su imagen, conocemos y rezamos oraciones y letanías dedicadas a Él, hemos cumplido alguna vez la piadosa práctica de confesarnos y comulgar nueve primeros viernes sin interrupción, y rezamos con frecuencia la jaculatoria: Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.
Pero sería bueno preguntarnos: ¿por qué hacemos todo esto?, ¿por amor a Jesús o sólo para obtener de Él algo a cambio? Cuando le decimos:en Ti confío, ¿a qué nos referimos?, ¿a que confiamos en que cumplirá Su parte del trato, las doce promesas que le hizo a santa Margarita María Alacoque?
Si es así, ¡nos estamos quedando muy cortos!, nos falta comprender el sentido pleno de esta devoción.
Jesús nos ha dado a conocer Su Sagrado Corazón no para ver qué le sacamos, qué podemos obtener, sino para que captemos la infinitud de Su amor por nosotros y confiemos plenamente, no sólo en lo que le prometió a la santa, sino en ¡todo lo que nos reveló en los Evangelios!
Para que decirle: en Ti confío tenga sentido, debe ser expresión de que confiamos en que cuanto nos enseñó es verdad, y que vale la pena vivir como nos pide, por difícil que a veces nos resulte, pues confiamos en que contamos con Su inagotable gracia.
Es decirle que confiamos en que es verdad que lo que nos hace plenos y felices es amar como Él nos ama, perdonar como nos perdona, dar más que recibir, edificar en nuestro mundo Su Reino de paz, de justicia, de solidaridad.
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Este viernes en que celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, ofrezcámosle nuestro propio corazón, para consolar el Suyo herido por las ofensas e indiferencias que recibe, y alegrémoslo pidiéndole que haga nuestro corazón semejante al Suyo para poder corresponder a Su amor e irradiarlo a nuestro alrededor.