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COLUMNA

Ángelus Dominical

Pon la basura en su lugar

El verdadero Edén es el corazón humano en donde Dios mismo quiere pasear sabiendo que lo mantenemos en orden y limpieza

31 agosto, 2024


MÁS QUE CONVENIENTE, siempre es necesario poner la basura en su lugar: si no seguimos principio tan básico y tan lógico, en un momento nos llenaremos de inmundicia, de estorbo, de pestilencia, de insectos y alimañas que en la basura buscan su propio sustento; en lo inmediato y cercano el sitio para los desechos es un simple bote, en lo grande y complejo el lugar para la basura plantea desafíos enormes…SERIA MUY BELLO Y SALUDABLE que como individuos o familias, como grupos y sociedad, generáramos lo menos posible de basura, pues aunque crece una dinámica de reducir el consumo, reciclar materiales y reutilizar lo servible, estamos todavía lejos de alcanzar un nivel en que podamos sentirnos satisfechos…DE LO QUE ES MERA BASURA material quiero pasar a lo que es basura inmaterial y que ciertamente nos contamina más y peor, pues afecta a nuestros sentimientos, actitudes, cultura, relaciones familiares y sociales: ¿acaso no son basura los celos, la desconfianza, la indiferencia, la prepotencia, el abuso, la violencia, la superficialidad en el trato, y todo lo que por estos rumbos podríamos enlistar?…LA BASURA QUE APARECIÓ en la inauguración de los pasados juegos olímpicos provocó incomodidad a muchos por la sencilla razón de que no había ahí algo aprovechable, y en el fondo solo era una provocación disfrazada de arte pop, justificada con una libertad de expresión sesgada, y que lejos de respetar lo ajeno, hasta se regodea en ofender escandalosamente…NO QUIERO AFICIONARME en acumular lo que me parece desecho inservible pero tampoco quisiera que entre la basura pierda yo algo valioso; algo de esto lo he aprendido con la parábola del trigo y la cizaña, donde Jesús dice que crecen juntos, pero al final la mala hierba termina en el fuego y la buena semilla se conserva en el granero…SERÍA FEO Y LAMENTABLE que tuviéramos el corazón como basurero, que lo llenáramos de rencores y venganzas, de amarguras y penas que luego crecen y salen de control; muy bonito y reconfortante que el corazón lo mantengamos limpio y ventilado, sin telarañas ni cochambres, sin recovecos podridos ni mugres añejadas…DICHOSOS LOS LIMPIOS de corazón –nos enseña siempre Jesús- porque ellos verán a Dios (Mt 5,8); y me atrevo a decir que aunque las manos se ensucien (no por el crimen sino por la compasión), y los pies se enloden (pero no en caminos torcidos sino en el servicio), lo que seguirá iluminando la vida será una visión profunda que tiene raíz en un corazón noble… NOTEMOS QUE EL TORMENTO de la cruz servía para publicar la escoria social, para exponer al ruin y despreciable: ¡tal era el castigo nefasto para los peores criminales!; sin embargo, a partir de Jesús y por su limpio Corazón –que traspasado entregó toda su vida- la cruz se convirtió en faro luminoso, en manantial de agua sanadora, en hontanar de toda gracia (¡ups!, esa palabra resurgió en mi memoria luego de mucho años, pues la aprendí en la secundaria)… ME HA SUCEDIDO algo curioso en cada cambio de parroquia: siempre encuentro botes de basura tamaño “T” (de tambo, tinaco o tonel), y casi lo primero que hago es deshacerme de tales recipientes que terminan por complicar el manejo de la basura; sustituyendo tales armatostes por otros más pequeños, nos obligamos a desechar cuanto antes lo poco o mucho que se va generando como basura y logramos bonitas consecuencias… PON MUCHA ATENCIÓN en todo lo que recibes en la pantalla de tu computadora o de tu celular, pues aunque estamos en la preciosa posibilidad de recibir enormes tesoros por esos medios, también estamos en el tremendo riesgo de que se conviertan en un vertedero de inmundicias que nos contaminen hasta puntos casi irremediables… ¿RECUERDAS QUÉ DICE el libro del Génesis cuando narra que Dios puso a Adán en el jardín del Edén?; lo puso ahí para que lo cultivara y lo trabajara, no para ensuciarlo y destruirlo; y si recuerdo esas primeras líneas bíblicas, lo hago para sugerir que el verdadero Edén es el corazón humano en donde Dios mismo quiere pasear sabiendo que lo mantenemos en orden y limpieza…