Angelus dominical: No estamos hechos para la noche
La auténtica nochebuena es la que gira en torno al Niño Dios.
“OIGA, YO QUIERO DARLE una nochebuena” -me dijo Anabel el martes pasado y puso una condición- “pero la pone junto al altar”; “Si es tal tu petición” -me apresuré a responder- “¿por qué entonces no son dos?”, y así fue: hoy lucen dos nochebuenas y se le añadirán otras más para completar el adorno navideño que culminará con la colocación del “nacimiento”, el martes próximo… Y
ME GUSTARÍA VER -y acaso recibir- otras muchas nochebuenas que no fueran de maceta ni sólo de temporada navideña; yo mismo me cuestiono cómo hacer para tener más y descubro que las nochebuenas pueden llegar y abundar luego de díasplenos y jornadasclaras llenas de estudio y trabajo, también serán complemento a mañanasdadas y tardesofrecidas en el servicio y la generosidad; ¡siete nochebuenas en una semana, una por cada díasanto vivido como Dios manda!…
ES NECESARIO DESCUBRIR que también hay nochebuenas que no parecen tales: las que debemos vivir velando al enfermo, o con la sana preocupación porque el trabajo no abunda, acaso las noches de incertidumbre por el hijo que no anda tan bien y al que debemos aconsejar con prudencia y respeto, o las noches que están llenas de plegarias y oraciones por los difuntos y sus deudos: ¡todas son nochebuenas y no parecen!…
HAY QUE INTENTAR -y siempre con más ahínco- que cada día se concluya en una nochebuena, noche en donde el insomnio no llegue, noche carente de pesares y problemas, más bien colmada de hechos constructivos, sin el noticiero lleno de tragedias ajenas que nos distraen de los propios pesares, noche en donde la fiesta cotidiana en familia sea sencilla y cálida, en donde la almohada nos reciba para musitar ahí nuestra gratitud a Dios y a los demás, noche hermoseada con el cansancio de quien ha invertido su mejor esfuerzo…
HAY UN CANTO QUE hace referencia a la acción de Dios durante la noche y que conocí hace tiempo en el Cantoral Litúrgico Nacional (de España, y publicado en 1982 -¡ujale, ya llovió!-); las diversas estrofas hacen un rápido viaje por la historia de la salvación, mientras que el inicio y el estribillo son así de sencillos y especiales: La noche no interrumpe tu historia con el hombre, la noche es tiempo de salvación…
HAY OTRO PAR de cantos que me gustan y aluden a la noche: el primero canta la pregunta/respuesta “¿Qué ves en la noche?, ¡dinos, centinela!”, mientras que el segundo retoma los versos de San Juan de la Cruz que afirman “De noche iremos, de noche,/ que para encontrar la fuente/ sólo la sed nos alumbra” y ha sido musicalizado por la Comunidad de Taizé; ¡búscalos en “youtube” y saboréalos a gusto!…
NO ESTAMOS HECHOS para la noche (los búhos y sus símiles, sí), ni para vivir en medio de la oscuridad (los peces abisales y sus vecinos, sí), pero sabemos adecuarnos y enfrentar las adversidades que conlleva la noche para nosotros; y nada más para que no te quejes, piensa nada menos en quienes viven en zonas árticas (como los esquimales o inuit) y cuyo invierno llega a ser una noche que dura ¡dos meses o más! (como en Kiruna -Suecia- o en Utqiagvik -en Alaska-)…
EN EL ADVIENTO nos preparamos para la Navidad y no solo para la Nochebuena; y en este año 2020 celebraremos tales fechas -y las siguientes y las precedentes- con la disciplina y las medidas cautelares que ya sabemos y que no conviene descuidar, pues aunque ya se anuncien las vacunas, recordemos que lo mejor siempre será el cuidado integral de la salud (nada de sobrepeso, ni de tabaquismo, ni de sedentarismo extremo, ni de ambientes insalubres)…
ME PREGUNTARON CÓMO celebrar “las posadas” en tiempos de pandemia; y se me ocurre pensar que nada de piñatas en el atrio ni el patio del vecindario, aunque podrías ingeniarte una piñata por “whatsapp”, en donde hagas una pregunta al grupo y el primero en responder sea como quién le da el golpe certero a la piñata y asume la tarea de poner la siguiente pregunta o acertijo (¡bueno!, no está tan descabellada la idea, ¿o sí?)…
PERO LAS POSADAS son mucho más que las piñatas, así que volvamos con los peregrinos y ofrece a tus seguidores del “feis” una palabra o pensamiento que sea auténticamente tuyo y no mera copia de los tantos mensajes que ya circulan y que yo llamo “de cartón”, sencillamente porque se reciclan y se reciclan y se reciclan (¡ah!, ya me han enviado como 357 veces el mismo “gif” en donde aparece el pino con esferas musicales, ¡ya no, por favor!)…
TEN EN CUENTA que una auténtica nochebuena, y no me refiero a las flores (cuyo nombre científico es “Euphorbia pulcherrima”, o en náhuatl “cuitlaxóchitl”), ni tampoco a las noches serenas y dormidas de corridito, sino a la Noche-en-que-el-Niño-Dios-nació, se vive cuando el centro y culmen del encuentro, de la cena, de los cánticos, de los adornos y regalos es nada menos que el Hijo de Dios, nacido de Santa María Virgen, bajo el cuidado de San José, acogido por los pastores, adorado por los magos, esperado por los pueblos, anunciado por los ángeles y recibido por todos los hombres y mujeres de buena voluntad (y fíjate bien, pues los santoclóses sólo hacen vaNidad, nunca Navidad)…
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