Rebeca Andrade superó a Simone Biles: la historia detrás de la foto que conmovió al mundo
“Gracias, Dios” dijo Rebeca Andrade en medio de los hechos extraordinarios que está viviendo en los Juegos Olímpicos París 2024.
Rebeca Andrade hizo historia al convertirse en la campeona olímpica con el mayor número de medallas para su Brasil natal. Sin embargo, lo que ha generado una gran reacción internacional no ha sido solo su impresionante logro, sino el gesto de sus oponentes.
Andrade, quien brilló con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024, se impuso a Simone Biles, la destacada gimnasta de origen beliceño que compite por Estados Unidos y es actualmente la atleta más aclamada en esta disciplina.
Aunque Biles terminó en segundo lugar, su gesto de admiración hacia Andrade fue notable. Biles y Chiles realizaron una reverencia en honor a la campeona sudamericana, lo que ha conmovido al mundo entero.
Esse momento é tudo! 🥹❤️
— Jogos Olímpicos (@JogosOlimpicos) August 5, 2024
Rebeca Andrade e nada mais! #Paris2024 pic.twitter.com/KhbpXMIPof
Ambas gimnastas se inclinaron ligeramente antes de incorporarse para estrechar la mano de su rival de minutos antes. Este gesto de respeto y camaradería fue captado en imágenes que se han vuelto virales, convirtiéndose en un símbolo de la nobleza del deporte.
La acción ha generado numerosos comentarios en las redes sociales, en su mayoría elogiosos. Entre ellos, la ex primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, compartió su admiración en X:
“¡Todavía estoy conmovida por este hermoso momento de hermandad y deportividad! Se puede sentir el amor brillando a través de estas mujeres. ¡Felicidades Rebeca, Jordan y Simone! ✨”
¡Un gesto sorprendente!
“Fue adorable por su parte”, señaló la chica de 25 años, quien también sostuvo que fue un gesto muy significativo por el que se siente particularmente honrada, según recoge Infobae.
¡MÁS QUE MERECIDO! ¡QUÉ GRANDES ATLETAS! 🇧🇷🥹🇺🇸
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No te pierdas la reverencia por parte de Simone Biles y Jordan Chiles hacia Rebeca Andrade en su oro de gimnasia artística en ejercicios de piso femenil #Paris2024#ParísEsTuyo pic.twitter.com/4xzM3Gnpx1
Por su parte, Biles la calificó como “asombrosa” y destacó el hecho de que las tres ganadoras integraron un “completamente de raza negra”. A renglón seguido, hizo saber las razones del peculiar homenaje:
“…Fue muy emocionante para nosotras y luego Jordan (Chiles) dijo: ‘¿Deberíamos inclinarnos ante ella?’ Y yo dije: ‘¡Por supuesto!’. Por eso lo hicimos”, detalló según publica El Mundo.
De este modo, la gimnasta sudamericana se convierte en la atleta brasileña más laureada en la historia de los Juegos Olímpicos, al sumar cuatro nuevas medallas en esta edición.
Con estas medallas, Rebeca Andrade alcanza un impresionante total de seis preseas olímpicas. Anteriormente, había obtenido la medalla de plata en el all-around y el oro en salto en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Profunda gratitud a Dios
De orígenes humildes, Rebeca Andrade nació en la favela de Vila Fátima. Hija de Rosa, una empleada doméstica que crió a ocho hijos, Rebeca recibió el apoyo y aliento de su madre para dedicarse a la gimnasia.
Una semana antes de su impresionante logro en los Juegos Olímpicos, Rebeca expresó su gratitud a Dios a través de su perfil de Instagram, donde cuenta con más de 10 millones de seguidores.
“¡GRACIAS DIOS! No encuentro palabras para describir lo que siento en este momento con este equipo. Estoy orgullosa de ellos, por ellos, por ti y por mí. ¡Solo tengo que decir gracias!”.
En otra publicación, la atleta reiteró su agradecimiento a quien considera la fuente de sus bendiciones: “Doy gracias por bendecir e iluminar mi camino. Si hoy estoy aquí es porque el Señor me sostuvo. Para hoy y para los días venideros: ¡Solo gratitud!”.
En una entrevista posterior a su logro, Rebeca declaró:
“Esta medalla no fue porque le pedí a Dios una medalla, Él me dio la oportunidad de conquistarla, pasé por todo lo que tuve que pasar, trabajé, sudé, lloré, me esforcé, reí, me divertí, viajé. Entonces siento que hice esto posible también y Él siempre estuvo allí bendiciéndome, protegiéndome y sintiéndose orgulloso de mí, sabiendo que su sierva siempre estaba dando lo mejor”.