9 de noviembre: la Iglesia celebra la Dedicación de la Basílica de Letrán
El 9 de noviembre es la fiesta de la dedicación de San Juan de Letrán, la “madre de todas las iglesias”.
Uno de los títulos que tienen los Papas es el de Obispo de Roma, y así como la Basílica de San Pedro es la sede natural de los pontífices, la Basílica de San Juan de Letrán lo es en su calidad de Obispo de la Diócesis de Roma.
Esta basílica es la más antigua de todas, y la del rango más alto entre las cuatro Basílicas Mayores que existen en el mundo, todas ellas están en Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y la de Santa María la Mayor.
Las tres últimas gozan de extraterritorialidad, es decir, se encuentran afuera de la Ciudad de Vaticano, sin embargo, pertenecen a la Santa Sede.
San Juan de Letrán tiene el título honorífico de Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput (madre y cabeza de todas las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la Tierra).
Durante más de 1,000 años, la casa contigua a San Juan de Letrán fue el lugar donde vivían los Papas, hasta que se trasladaron a Avignon, Francia, y posteriormente al Vaticano.
Su nombre completo es Archibasílica del Salvador y de los santos Juan Bautista y Juan Evangelista; esto porque originalmente fue dedicada al Santísimo Salvador, y a partir del siglo IX se dedicó a San Juan Bautista y a San Juan Evangelista.
En el mundo, hay varias basílicas que tienen afiliación a la de San Juan, entre ellas, la de Guadalupe en México.
Sus inicios
El emperador Constantino de Roma regaló al Papa San Silvestre el Palacio y los terrenos de los Lateranos o Laterani, una noble familia romana que cayó en desgracia económica. En este lugar fue construida esta iglesia madre a inicios del siglo IV.
Al paso del tiempo, fue dañada por incendios y terremotos, e incluso, fue saqueada durante algunas invasiones a Roma, pero siempre fue reconstruida y enriquecida con obras de arte. Actualmente su estilo es barroco, fruto de una de estas reconstrucciones que estuvo a cargo de Francesco Borromini en el año 1600.
La fachada principal data del siglo XVIII y fue realizada por A. Galilei. Contempla magníficas columnas de mármol de carrara y 15 estatuas que representan a Cristo y a algunos santos.
Cuando se cruza el pórtico, hay cinco puertas de ingreso, la última del lado izquierdo es la Puerta Santa que sólo se abre durante los jubileos. En los pilares de la nave central hay nichos con estatuas de los apóstoles.
Además sobre el altar de esta iglesia se conservan las reliquias de san Pedro y san Pablo, así como un fragmento de la mesa de la Última Cena.