El Altar de Dolores es una expresión de la devoción mariana y un recordatorio del sufrimiento de la Virgen María durante la Pasión de Cristo.
Desde su origen en la España del siglo XVI hasta su presencia en las iglesias de todo el mundo, el Altar de Dolores ha mantenido su poder evocador y su capacidad para inspirar la oración y la reflexión de los fieles. En este artículo te compartiremes todo lo que debes de saber de esta bella tradición religiosa.
El Altar de Dolores se coloca el viernes anterior al Domingo de Ramos, o exactamente una semana antes del Viernes Santo. El propósito de colocar este altar es que podamos contemplar, consolar y aprender de los dolores de la Virgen María.
El Altar de Dolores, también conocido como Altar de la Dolorosa o Altar de la Virgen de los Dolores, tiene sus raíces en la devoción mariana que se desarrolló en Europa durante la Edad Media. Sin embargo, su forma más prominente y distintiva se originó en España durante el siglo XVI, en el contexto de la Contrarreforma católica.
Durante este período, la Iglesia Católica estaba comprometida en una intensa renovación espiritual y una lucha contra la herejía protestante. En este contexto, la devoción a la Virgen María adquirió una importancia renovada como un medio para fortalecer la fe católica y contrarrestar las influencias protestantes.
Con el tiempo, la devoción al Altar de Dolores se extendió por todo el mundo católico, adaptándose a las diversas tradiciones y expresiones culturales. Hoy en día, este altar sigue siendo un símbolo prominente de la espiritualidad mariana y un recordatorio conmovedor del papel único de María en la historia de la redención.
El origen del Viernes de Dolores se remonta al siglo XVII en España, donde se comenzó a observar como un día especial de oración y reflexión en honor a los sufrimientos de María.
Durante el Viernes de Dolores, los fieles se reúnen en las iglesias para participar en servicios religiosos especiales, como el rezo del Rosario de los Siete Dolores de la Virgen María. Este rosario está compuesto por siete misterios que recuerdan los momentos más dolorosos en la vida de María, desde la profecía de Simeón hasta la crucifixión y muerte de Jesús.
El Viernes de Dolores también se caracteriza por la elaboración de altares especiales llamados El Altar de Dolores, dedicados a la Virgen de los Dolores, adornados con imágenes, flores, velas y otros símbolos que evocan la pasión y el sufrimiento de María.
El Altar de Dolores se puede colocar en cualquier casa, pero si se coloca dentro de una iglesia debe de colocarse en una parte lateral, sin ocupar nunca el altar principal.
Antiguamente la advocación dolorosa de la Virgen María tenía dos fechas festivas en el calendario litúrgico: el Viernes de Dolores (viernes anterior al Domingo de Ramos) y Nuestra Señora de los Dolores (el 15 de septiembre), pero desde 1969 el Papa Paulo VI suprimió el Viernes de Dolores en Cuaresma y dejó el 15 de septiembre para su festividad.
Esta tradición, al igual que las Ofrendas en el Día de Muertos, tiene diferentes formas de realizarse y diferentes significados para sus elementos.
Para el Altar de Dolores se puede colocar una imagen de la Virgen María en su advocación de la Virgen de los Dolores, Virgen de la Piedad, Virgen de la Soledad, o Virgen de las Angustias. Esta imagen puede ser en pintura, cuadro o en estatua de bulto o de vestir.
Las flores son símbolo de vida y belleza, y acompañan a la Virgen María. En el Altar de Dolores se pueden colocar de color morado, símbolo de la tristeza.
Se coloca en vasos cubiertos o vitroleros, debe de ser de diferentes colores, en especial: blanco, verde, anaranjado y rojo (horchata, chía, limón, melón, naranja, sandía o jamaica) y al colocarle azúcar, representa el corazón dulce de la Virgen María.
Si son 5 los vitroleros, representan los misterios dolorosos del Santo Rosario.
Las aguas se ofrecen a quienes visitan a la Virgen, participan en la procesión o rezan un Rosario. Estas aguas significan que mediante la intercesión de María, los visitantes recibirán el agua de la vida eterna. En algunos lugares, en lugar de agua, se coloca nieve de colores y se reparte entre los asistentes.
Al inicio de la Cuaresma se siembran en macetas semillas de trigo, chía y cebada; deben germinar para el viernes. Los cereales en crecimiento simbolizan la vida nueva que Jesús nos da con su muerte y resurrección. El trigo en particular simboliza la hostia, en donde Cristo se hace presente.
Algunos altares también incluyen la presencia de las uvas, pues de ellas habrá de surgir el vino que en la Misa se convertirá en la sangra de Cristo que alimenta y redime a los creyentes.
Las naranjas agrias representan el corazón de María. Sobre las naranjas agrias se insertan siete pequeñas banderitas significando que sobre el agrio y amargo sentimiento de la muerte de Cristo, hay estandartes de gloria que anuncian su resurrección. Las banderas representan los siete dolores de la Virgen. Se preparan con palos de aproximadamente 30 centímetros adornados con papel de china morado o blanco.
El Monograma consiste en sobre poner las letras MA que sintetizan el nombre de María. Se puede hacer con pétalos de rosa marchita.
Un corazón hecho de cualquier material con las siete espadas que simbolizan los dolores sufridos por la Virgen: la profecía de Simeón, la huida a Egipto, la pérdida del niño Dios en el Templo, Jesús y María se encuentran en el camino a la Cruz, Jesús muere en la Cruz, Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de María, y Jesús es sepultado.
Los clavos, el martillo, la corona de espinas, el gallo, la esponja, el pilar de los azotes, el INRI, la caña, los dados, la lanza y la cruz sin Jesús también se colocan a los pies del altar. También se pueden poner imágenes de los 7 dolores de la Virgen que son:
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