28 de septiembre: San Wenceslao y las envidias familiares
Este santo era conocido por su profunda fe y bondad, que lo volvió el patrono de República Checa.
El 28 de septiembre, la Iglesia Católica recuerda a san Wenceslao, quien fue gobernante de lo que ahora es República Checa, y antes era el ducado de Bohemia.
San Wenceslao nació alrededor del 907, era hijo de Ratislav, gobernante de Bohemia, quien era católico, y que murió cuando Wenceslao apenas tenía 13 años de edad. Su hermano Boleslao era dos años más joven.
Mientras Wenceslao alcanzaba la mayoría de edad, su madre Drahomira ejerció la regencia del reino.
El cristianismo aun no arraigaba en el país, de modo que la corte y la población estaban divididas, sin embargo, Wenceslao practicaba la fe cristiana pues había sido bautizado por un fraile eslavo, bajo la influencia de su abuela, santa Ludmila de Bohemia, quien abogó para que el joven fuera enviado al liceo de la iglesia de San Pedro en Budec donde aprendió latín.
Ludmila fue asesinada, a causa de un complot detrás del que estaba la propia Dahomira. Ésta última ejerció el cargo de regente durante cinco años, en los que persiguió a los cristianos, ordenó matanzas y destierros.
El 16 de septiembre es la fiesta litúrgica de santa Ludmila.
Ascendió al trono a los 18 años y gobernó con sabiduría
Cuando Wenceslao cumplió 18 años ascendió al trono, para esta momento su madre había perdido simpatizantes en la nación.
Durante su mandato mandó construir varias iglesias, llamó a los sacerdotes que vivían en el destierro y abrió las fronteras a los misioneros de Suabia y de Baviera.
Supo gobernar con sabiduría y con apego a su fe; era amante de la paz y pudo evitar algunas guerras, transformó la sociedad checa a través de la religión, modificando el sistema judicial y reduciendo las sanciones, condenaba la violencia y la esclavitud.
Además, fue el promotor de la construcción de la Catedral de San Vito, en Praga, la principal obra gótica de la ciudad.
Drahomira comenzó a conspirar con Boleslao para quitar el poder a Wenceslao.
Asesinado por su propia familia
Boleslao, ávido de poder y ayudado por algunos cortesanos paganos, asesinó a Wenceslao el 28 de septiembre del año 929. Lo tomó por sorpresa en el atrio de la iglesia a la cual asistía, justo en el momento en el que salía luego de haber escuchado Misa.
Se dice que el hermano le dio la última estocada de muerte con su espada, y antes de fallecer, el entonces gobernante le dijo: “está mal lo que haces, y yo podría, si quisiera, despedazarte como si fueras una mosca, pero sería fratricida ante Dios. Acaba pues; yo te perdonó”. Se convirtió en mártir a la edad de 23 años.
Los checos lo buscan en las buenas y en las malas
Los checos lo honran y lo consideran su santo patrono nacional. Sus restos se conservan en la capilla que lleva su nombre en la Catedral gótica de San Vito.
Es un símbolo nacional, en su estatua ecuestre en Praga, los habitantes de Praga se reúnen tanto en los momentos difíciles como en los días festivos.