¿Qué se hace con los niños de la Rosca de Reyes?
¿Qué se hace con los niños de la Rosca de Reyes? ¿Te has hecho alguna vez esta pregunta? Conoce qué se puede hacer con estas figuritas.
¿Qué se hace con los niños de la Rosca de Reyes? ¿Te has hecho alguna vez esta pregunta? Déjame decirte que todavía hay muchas personas que reciben con alegría los “Niños Dios” que les salen en las roscas; e incluso, no faltan quienes les confeccionan algún vestidito para llevarlos el día 2 de febrero al templo o los guardan celosamente en una vitrina. Pero siendo sinceros, la mayoría de estas figuritas terminan en la basura.
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En los últimos años, hemos ido aprendiendo muchas cosas, sobre todo cuando las miramos en perspectiva. Muchas de estas enseñanzas tienen que ver con lo que llamamos “cambio climático” en el cual, si bien es cierto que no hay unanimidad en lo que esto es y lo que lo provoca, lo cierto es que nos ha hecho poner una mirada en la gestión de los desechos que antes llamábamos simplemente “basura”, pero que ahora gracias a la ciencia y a la técnica podemos reutilizar, y de esta manera contribuir a disminuir una de las posibles causas que influyen en los fenómenos climáticos actuales.Reutilizar o reciclar las figuritas del Niño Dios
Reutilizar o reciclar las figuritas del Niño Dios
Cosas tan simples, como la que voy a relatar a continuación, pueden servirnos de ejemplo. Se ha sabido de una iniciativa que tiene por objeto “reutilizar” o “reciclar” las figuritas del Niño Dios que están en las roscas de reyes.
El dato que dan los impulsores de la iniciativa es muy esclarecedor: Aproximadamente se realizan 43 millones de roscas de reyes cada año, y si a esto le sumamos que cada rosca trae en promedio 6 figuritas, estamos hablando de 248 millones de figuritas, las cuales pesan aproximadamente un gramo, hechos de un material llamado ”polietileno” que es reciclable y, por lo tanto, reutilizable, de modo que tenemos aproximadamente 240 toneladas de este material que puede convertirse en otro tipo de productos de mayor duración y utilidad, como cubetas, enseres del hogar, etcétera.
Preguntémonos: Sin pensar en lo dicho anteriormente, ¿dónde han ido a parar infinidad de figuritas que cada año utilizamos? Como decíamos, en algunos lugares, realmente muy pocos, hay la costumbre de vestirlos como las imágenes grandes que usamos para el nacimiento que luego se llevan junto con lo tamales el día 2 de febrero, fiesta de la Candelaria, pero son lugares muy contados y poco difundidos, la mayoría van a la basura y, seguramente, o a rellenos sanitarios donde tardarán aproximadamente 500 años en degradarse, o a esas escandalosas y altamente contaminantes islas de plástico que flotan libremente en el mar, en detrimento de infinidad de especies marinas.
El Papa Francisco nos pide cuidar nuestra Casa Común
El Papa Francisco, en dos documentos, ha invitado a la humanidad a poner los ojos en aquello que está en nuestras manos hacer por nuestra “Casa Común”, motivados, más que por una cuestión de simple “ecología”, por una cuestión ética y de supervivencia.
Es verdad que diariamente se arrojan a la basura infinidad de materiales que muy bien podrían reutilizarse, con ello se puede hacer un más inteligente uso de las cosas que beneficiaría a la economía, a la industria y, naturalmente, a la salud del planeta.
El problema, como también lo denuncia el Papa, es la indiferencia de muchos ante lo que pasa en detrimento de nuestra Casa Común, y esta indiferencia es resultado de un exacerbado materialismo que sólo piensa en el bienestar individual desconectado de las necesidades de los demás.
Por eso el Papa exhorta continuamente a pensar en la relación tan estrecha que hay entre lo que debe ser el bienestar individual en relación con el bienestar de todos. Precisamente por eso es un problema ético, porque el que tira la basura sin más, es seguramente alguien utilitarista, que no mira más allá de su acción, ni de quien recoge la basura, ni de quien la lleva a los rellenos sanitarios, ni mucho menos, de su destino final.
Sin embargo, una persona que piensa en los demás y en el derecho que nosotros y las futuras generaciones tenemos a vivir en un mundo saludable, siempre hará lo necesario para optimizar los recursos, que demás de ser redituable económicamente, contribuye al bien de todos y de las futuras generaciones.
¿Se pueden reciclar los niños de la rosca de Reyes?
Creo que es tiempo de atender al llamado del Papa Francisco y, con alto espíritu cristiano, a contribuir al cuidado de la Casa Común. Hacer caso a iniciativas de reciclaje es algo tan santo como preservar con cuidado y devoción las imágenes sagradas.
Si en alguno hubiera una idea distorsionada sobre lo “sagrado” de las figuritas de la rosca de Reyes, conviene disipar el miedo pensando en el bien que podemos hacer a nuestro planeta, y más cuando los organizadores nos señalan el fin por el que lo hacen, pues de la misma manera que colectan taparroscas, que están hechos del mismo material de las figuritas de las roscas, pretenden colectar esas figuritas para luego reciclarlas y reutilizarlas haciendo productos que luego pueden comercializar y cuyas ganancias se destinan a los largos y costosos tratamiento de los niños con cáncer.
Solo el prejuicio y la ignorancia, así como el individualismo y el materialismo, serían los oponentes a no unirse a una iniciativa así, pues al final se tratan de figuritas efímeras que, si bien representan al Niño Dios, no alcanzan a tener un verdadero uso devocional, incluso algunos hasta coloquialmente los llaman “los monos” de la rosca, y luego simplemente van a la basura.
Qué mejor que hacer algo tan simple como juntar las figuritas y entregarlas a estas instituciones que saben como utilizarlas para un bien mayor, de esta manera, ganamos todos.