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¿Por qué decimos que el Matrimonio es una vocación?

El Sacramento del Matrimonio no es una elección del hombre, sino un llamado de Dios.

27 enero, 2020
¿Por qué decimos que el Matrimonio es una vocación?
El Matrimonio es una vocación para nosotros los católicos. Foto: Cathopic

En el mundo hay miles de sacerdotes, religiosas y religiosos que optado por dedicar su vida a Dios; sin embargo, la mayoría de los católicos hemos decidido –o lo haremos en algún momento- por casarnos y formar una familia. Pero, ¿por qué decimos que el Matrimonio es una vocación?

La respuesta está en las primeras líneas del Libro del Profeta Jeremías: Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado (Jr 1,5).

Estos versículos de las Sagradas Escrituras significan que, desde que fuimos concebidos, Dios tiene un plan para cada uno de sus hijos, que nos corresponde discernir y asumir libremente.

“El Matrimonio es una vocación porque es un llamado de Dios, no es una elección del hombre. Es un llamado a la santidad y, en ese sentido, al amor y a la procreación”, dice en entrevista con Desde la fe el padre Idar Hidalgo, párroco de la Resurrección, en la Arquidiócesis de México.

La vocación -agrega- no es una elección personal, sino el llamado de Dios. “Dios nos ha llamado para algo, y a nosotros nos toca discernir qué es lo que quiere de nuestra vida. Yo no decidí ser sacerdote, fui llamado”.

¿El Matrimonio es para todos?

En principio -agrega el padre Idar- el Matrimonio no es para quienes han sido llamados a la vocación sacerdotal o a la vida religiosa.

Pero hay otros casos en los que Dios llama a determinadas personas a servirlo enteramente, en cuerpo y alma, con vocaciones específicas como la formación de los jóvenes, la búsqueda de la justicia, del bien común o la atención de la salud del prójimo.

“Son hombres y mujeres que descubren que Dios los llama en una consagración como soltero para servicio de su Reino”.

Estos casos –agrega el sacerdote- deben distinguirse de aquellas personas que deciden no casarse para eludir el compromiso que implica la vida en pareja y el cuidado de la prole.

“No se trata de lo que yo quiera, sino lo que el Señor quiere de mí”, finalizó.



Autor

Periodista. Ha trabajado en radio, agencias de noticias y prensa escrita.