Las grandes aportaciones de la Iglesia católica al calendario
Conoce las aportaciones de la Iglesia católica al calendario que usamos a diario
La Iglesia ha contribuido grandemente al desarrollo de la ciencia, en cuanto a la importancia del cómputo del tiempo y el diseño de calendarios y relojes, y una de las razones de este interés se debe a la precisión del santoral, y de fiestas tan importantes como es la Semana Santa y la Navidad.
Recordemos que el calendario que actualmente se usa recibe el nombre de Gregoriano porque fue promovido por el Papa Gregorio XIII, quien promulgó su uso en occidente mediante la Bula Inter Gravissimas, y a partir de 1582, fue sustituyendo gradualmente al calendario juliano que lo había instaurado Julio César desde el año 46 a. C.
El calendario gregoriano surgió a partir de estudios realizados en 1515 y 1578 por científicos de la Universidad de Salamanca y que fueron enviados al Papa y para analizar este tema, la Santa Sede creó la Comisión del Calendario, en la que participaron astrónomos y matemáticos como Cristóbal Clavio y el jesuita Luis Lilio que en ocasiones fue consultado por el propio Galileo.
La reforma finalmente fue aprobada el 14 de septiembre de 1580, y los países no católicos de Europa la fueron adoptando en lo civil años después, aunque en lo litúrgico, la Iglesia Ortodoxa, en algunas partes, siguió utilizando el Calendario Juliano aunque con otras reformas.
Los primeros países en adoptar el nuevo calendario fueron España, Italia y Portugal. Este calendario ajustó el desfase que el primero había sufrido en torno al año bisiesto, -como lo es este 2020- y aunque cada año se incrementaban un error de solo 11 minutos, al paso del tiempo sumaron varios días de desfase.
Quien visita en Roma la Basílica menor de Santa María de los Ángeles y de los Mártires, que se encuentra en la Plaza de la República, y en la que participaron como arquitectos Miguel Ángel y Luigi Vanvielli, puede darse cuenta de lo complicado y preciso de los estudios científicos que promovió el Vaticano y que tuvieron como punto de partida la experimentación y el análisis científico de la observación, por ejemplo, en cuanto a la definición de la meridiana solar.
Por otra parte, desde los primeros años de la cristiandad, los mártires de la Iglesia comenzaron a ser celebrados en los aniversarios de su muerte, y siendo tantos, muchos de ellos anónimos, años después se estableció la fiesta de Todos los Santos, el uno de noviembre. En esta festividad intervinieron el Papa Bonifacio IV y luego Gregorio III (731-741), lo que se extendió para toda la Iglesia hasta mediados del siglo IX.
A la fecha, para establecer algunas celebraciones religiosas como la Semana Santa, se toman en cuenta aspectos astronómicos, en los que intervienen las posiciones tanto del sol como de la luna.
Algunos calendarios que a la fecha se fabrican, incluyen bellas estampas religiosas.