La Virgen de Guadalupe en la historia de México.
La Virgen de Guadalupe ha acompañado al pueblo de México en los momentos más difíciles de su historia.
La Virgen de Guadalupe ha acompañado al pueblo en los momentos más difíciles de su historia desde su aparición en diciembre de 1531, y ha dado consuelo y fortaleza para salir adelante.
El estandarte de Miguel Hidalgo.
En septiembre de 1910, el cura Miguel Hidalgo y Costilla, padre de la patria, tomó el estandarte de la Virgen de Guadalupe que estaba en la sacristía de la parroquia de Atotonilco, en Guanajuato y la usó como el primer estandarte del México independiente.
Con ella partió con su ejército en medio de vivas a la reina del Tepeyac, pues el párroco de San Miguel El Grande conocía perfectamente el sentimiento religioso de los fieles y sabía que sólo la Virgen de Guadalupe era capaz de unificar a todo el pueblo en una causa común.
Él era devoto de esta advocación mariana y al cuello llevaba su imagen, y esta se multiplicó en cada batallón y regimiento como un símbolo patrio.
¿Dónde está el estandarte que utilizó Miguel Hidalgo en la Independencia?
Hoy, los propios historiadores están confundidos en cuanto a cuál era el estandarte de Hidalgo; unos piensan que es el que está en el Salón de Banderas del Castillo de Chapultepec que es un óleo de Andrés López pintado en 1805, y que fue capturada por tropas en San Jerónimo Aculco el 7 de noviembre de 1810.
Otros piensan que pudo ser uno de algodón blanco pintado en acuarela y que se conoce como el Blasón de Hidalgo, y que además de la imagen de La Morenita, tiene dos escudos: el de la Provincia Franciscana de San Pedro y San Pablo de Michoacán, y el de la Casa de Borbón.
La piel morena de la Virgen la identificaba con los mestizos quienes tuvo un papel protagónico en todo el proceso de Independencia, pero ella también aglutinó a indígenas campesinos, mulatos como Vicente Guerrero y al propio Morelos, y a las demás castas en las que injustamente estaba dividida la sociedad.
El grupo de “Los Guadalupes”.
Durante toda la guerra de Independencia, existió una sociedad secreta que apoyaba a los insurgentes llamada Los Guadalupes y cuyo creador fue Ignacio López Rayón, y a ella pertenecieron los más nobles novohispanos.
Estuvo en funcionamiento entre 1811 y 1814, y entre sus miembros destacados estaba el canónigo de la catedral de México José María Alcalá y Leona Vicario.
Capilla “El Pocito”.
El 11 de marzo de 1813, José María Morelos y Pavón declaró a la Virgen de Guadalupe Emperatriz del Reino.
José María Morelos y Pavón fue apresado el 22 de diciembre de 1815 y en el traslado a San Cristóbal Ecatepec, lugar donde fue fusilado, suplicó que lo dejaran rezar ante la tilma de san Juan Diego, al ir encadenado en una carreta, esta se detuvo frente a la capilla de El Pocito, y se despidió de La Morenita.
La imagen de la Virgen Morena acompañó a las milicias en sus combates contra el ejército realista encabezados por Calleja.
Cuyo estandarte también fue una imagen de la Virgen María basada en la del santuario de los Remedios, identificada como la española.
Se dice que Hidalgo, quien venía vencedor, no entró a la Ciudad de México porque los españoles le salieron al frente con su estandarte, y él quiso evitar el enfrentamiento entre ambas imágenes marianas.
En 1822, el Congreso Constituyente decidió que la Virgen de Guadalupe presidiera el recinto legislativo, colocándose en el pódium el 9 de julio de ese año.
Guadalupe Victoria y su homenaje a la Virgen de Guadalupe.
Una vez consumada la Independencia, el primer presidente de México (1824-1829) fue José Miguel Ramón Fernández y Félix, quien cambió su nombre por el de Guadalupe Victoria como un homenaje a la Virgen de Guadalupe.
Durante la Revolución de 1910, el ejército zapatista también enarboló un estandarte de la Virgen cuando entró a la Ciudad de México para reunirse con Pancho Villa, y luego, durante la Guerra Cristera que tuvo lugar entre 1926 y 1929, fue bandera al lado de Cristo Rey en contra de las fuerzas del presidente Calles.