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¿Es cierto que los poseídos escupen clavos, vidrios y sapos al ser liberados?

La posesión demoníaca existe, pero es necesario un complejo proceso de evaluación y discernimiento para confirmar que se trata de ello.

12 noviembre, 2024
¿Es cierto que los poseídos escupen clavos, vidrios y sapos al ser liberados?
Imagen ilustrativa del padre Amorth realizando un exorcismo. Foto: Especial

“En el trance pasa lo que llamamos materialización. La gente está tranquila, y de la boca empieza a sacar todas esas cosas: clavos, cadenas, alfileres, navajas, vidrios; cosas que tú dices: ‘¿cómo está dentro de su cuerpo?’. Se materializan en su boca. No es que las tenga dentro. Todos estos fenómenos están dentro del orden preternatural”.

Lo explica el padre José Alberto Medel, responsable de Liturgia en la Diócesis de Xochimilco en la Ciudad de México, durante una entrevista con el youtuber mexicano Juan Pablo Martínez, en su canal JpMartinez, donde el exorcista aborda ampliamente el tema de la posesión demoníaca.

“¿Las posesiones diabólicas existen? Sí. Y están atestiguadas. No es algo que la Iglesia se inventó. Está en la palabra de Dios, está en el Evangelio la acción exorcística de Jesús sobre los demonios que poseen personas”, detalla.

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El padre Medel explica que dentro de la “acción externera del demonio” se distinguen cuatro formas como el demonio hace esta acción extraordinaria. La más grave y la más evidente de todas es la posesión, pero hay otras tres que también son por influjo del demonio”, detalla. En síntesis, estas serían las cuatro acciones demoníacas:

  • Posesión
  • Obsesión
  • Vejación
  • Infestación

“Está lo que nosotros llamamos la obsesión, que es cuando el demonio extraordinariamente influye en las potencias o las capacidades cognoscitivas del hombre. El demonio molesta a la persona con escrúpulos, con obsesiones, la tienta en sus pensamientos para que esté efectivamente enferma”, indica el sacerdote.

“La otra es la que vejación. El demonio puede llegar a lastimar físicamente a una persona sin poseerla. Ocurrió con el padre Pío, a quien lastimaba exteriormente. La última es la infestación, que el demonio puede llegar a usar. Implica el uso de animales y lugares”, menciona.

El exorcista también advierte que “en un lugar donde se hacía brujería o se invocaba al demonio, en un lugar donde se hacían cosas satánicas, el demonio llega a, digamos en palabras no muy precisas, impregnarlo de su acción”. De manera que este tipo de acciones son puertas de entrada a las posesiones.

¿El diablo puede poseer animales, objetos o lugares?

De igual manera, sostiene que “sí hay casas y lugares que están infestados. También puede tratarse de un animal que pueda ser poseído temporalmente, no como ocurre con seres humanos, pero sí es posible que el demonio los use. Hay casos de animales que son usados por el demonio y lugares infestados”.

Por otra parte, señala que existen acciones que son potestad exclusiva de un exorcista: “En el caso de la posesión y en el caso de la infestación, sólo el exorcista puede hacer la liberación. Sólo él. En el caso de una obsesión o de una vejación, cualquier sacerdote haciendo oraciones de liberación puede ayudar a las personas”.

En cuanto a determinar si una persona está poseída por el demonio, reitera que “eso es una tarea que compete exclusivamente al sacerdote exorcista. Es decir, una persona no puede decir: ‘Yo estoy endemoniada’. Solamente un exorcista es el capaz de evaluarlo. Ni siquiera un sacerdote común y corriente”.

¿Las razones? “Dos elementos fundamentales. Primero, porque el exorcismo, los sacerdotes y los sacerdotes exorcistas lo realizamos no a título personal, sino a nombre del obispo, quien en una diócesis es la máxima autoridad. Es quien tiene esa tarea y él la delega a un sacerdote”.

Sin embargo, para que el exorcista ejerza adecuadamente esa potestad debe prepararse. “¿Un sacerdote exorcista en qué se prepara, qué estudia? Básicamente son cuestiones del espíritu; debemos desarrollar una habilidad fundamental que se llama discernimiento”, a fin de distinguir si la persona padece una enfermedad mental o en realidad está endemoniada.

No se puede realizar un exorcismo sin estudiar el caso

De igual modo, es crucial “poder distinguir si esa persona efectivamente está poseída por el demonio o no. No se puede ejercer tal potestad hasta que no se tenga lo que técnicamente llamamos: certeza moral para proceder al exorcismo”.

“Puede haber personas que estén poseídas, pero también puede que estén afectadas por enfermedades psicológicas o psiquiátricas. Tenemos a un equipo de personas especialistas que nos ayudan a discernir. Al final, quien hace el discernimiento final es el exorcista. Pero tenemos equipos de personas, de laicos, bien formados en teología, en cosas espirituales”, señala el padre Medel.

En este aspecto, insiste en que se cuenta con el respaldo experto de médicos y especialistas “que ayudan a distinguir si una persona tiene una enfermedad y no una acción del demonio”, si bien “podemos tener personas que están sanas y sí están endemoniadas”.

¿Cómo cuidarnos del diablo?

Asimismo, el exorcista detalló que “el demonio tiene básicamente dos tipos de acción: la acción ordinaria y la acción extraordinaria. Esta última se refiere a la posesión demoníaca. Pero, afortunadamente, “la posesión no condena al poseso. Porque ocurre en contra de su voluntad”.

De hecho, un “exorcismo es un camino de conversión. Es un camino en el que vamos a ayudar al alma poseída. Le aplicamos el rito del exorcismo con el cual le ordenamos al demonio que salga, pero no va a salir a la primera. Va a permanecer allí hasta que Dios lo permita. ¿Y de qué va a depender? De que esa persona entre en un proceso de conversión y se libere de sus pecados”.

Mientras que la acción ordinaria del demonio se basa en la tentación: . “Su objetivo es que te condenes. ¿Cómo lo hace? Seduciéndote, induciéndote, tentándote a pecar, pero al final quien comete el pecado eres tú”.

¿Cómo tendría yo que cuidarme de la acción del demonio? No pecando. Esa es la respuesta. Porque el pecado tiene como consecuencia la condenación, el infierno. Eso es lo que te debería preocupar”.

¡Podemos protegernos! ¿De qué forma? Según el padre Medel: “Conoce la palabra de Dios, recibe la gracia a través de los sacramentos, confiésate de forma frecuente; participa en la Eucaristía dominical,  ten una vida de oración, vive en la caridad y haz bien al prójimo”.



Autor

Ex editor de medios católicos con rica experiencia en el desarrollo de contenido SEO, branding y manejo estratégico de plataformas digitales.