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Rosario por la Paz en el Mundo: ¿Cómo rezarlo paso a paso?

Te ofrecemos el paso a paso para rezar el Santo Rosario por la Paz en el Mundo con las meditaciones y jaculatorias específicas.

13 octubre, 2023
Rosario por la Paz en el Mundo: ¿Cómo rezarlo paso a paso?
Rosario por la Paz en el Mundo

El Rosario por la Paz en el Mundo se reza para pedir la intercesión de la Santísima Virgen María por la paz mundial. Para rezarlo se utiliza la misma estructura que el rosario ordinario. La diferencia está en que se le agregan algunas meditaciones en cada misterio, jaculatorias particulares y hay una pequeña variación en la Letanía.

A continuación te ofrecemos el esquema para rezar el Santo Rosario por la Paz en el Mundo, especialmente los días martes y viernes, cuando se meditan los Misterios Dolorosos.

Rosario por la Paz en el Mundo: Inicio

Empieza persignándote:
Traza tres cruces pequeñas: en frente, boca y pecho, diciendo:
‘Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro’, y traza una cruz grande de frente a pecho, hombro izquierdo a hombro derecho, diciendo: ‘En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo’.

En la cuenta que está después de la cruz, reza lo siguiente:

Acto penitencial:

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, me pesa de todo corazón haber pecado, porque te he ofendido a Ti, mi Dios y Señor, que eres tan Bueno y a quien quiero y debo amar por encima de todo. También me pesa porque he perdido el Cielo y merecido el Infierno. Propongo firmemente, con Tu gracia, enmendarme y apartarme de las ocasiones de pecado, confesarme y cumplir la penitencia. Confío en que me perdones por Tu Misericordia infinita y me ayudes para no ofenderte nunca más. Amén.

En las tres cuentas que siguen reza por las intenciones del Papa (para ganar indulgencia plenaria si estás rezando el Rosario en familia o en comunidad, en una iglesia).

Credo corto:

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna. Amén.

Padre Nuestro:

Padre nuestro, que estás en el cielo; santificado sea tu Nombre; venga a nosotros Tu Reino; hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

Ave María:

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre:

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Rosario por la Paz en el Mundo: Misterios Dolorosos
(Martes y viernes)

Primer Misterio Doloroso del Rosario por la Paz en el Mundo: La oración de Jesús en el Huerto (Lc 22, 39-46)

La Oración de Jesús en el Huerto
La Oración de Jesús en el Huerto

Meditación:

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de la paz: En el Huerto de los Olivos, cuando reinaba la tiniebla, Jesús oró fervientemente. Ahora que la humanidad vive también una hora oscura, ayúdanos a orar como Él, con fe y confianza en que todo es posible para Dios, y puede sembrar o restaurar la paz en cada corazón, en cada familia, en cada nación.

Rezar:
1. Padre Nuestro
10 Ave Marías

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatorias:

  1. María, Madre de gracia, Madre de misericordia: En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.
  2. Oh Jesús mío: Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia.
  3. Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
  4. María, Reina de la paz, ruega por nosotros.

Segundo Misterio Doloroso del Rosario por la Paz en el Mundo: La flagelación del Señor (Jn 19,1)

La flagelación del Señor
La flagelación del Señor

Meditación: Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de la paz: Tú viste que Jesús sufrió azotes que no merecía y no sintió odio ni rencor. Ruega por quienes han sido flagelados por la injusticia y la violencia. Que Dios les otorgue la gracia de perdonar y luchar por la justicia, sin resentimiento ni deseos de venganza.

Rezar:
1. Padre Nuestro
10 Ave Marías

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatorias:

  1. María, Madre de gracia, Madre de misericordia: En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.
  2. Oh Jesús mío: Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia.
  3. Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
  4. María, Reina de la paz, ruega por nosotros.

Tercer Misterio Doloroso del Rosario por la Paz en el Mundo: Jesús es coronado de espinas (Mt 27, 27-30)

Jesús es coronado con espinas
Jesús es coronado con espinas

Meditación:

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de la paz: Los soldados trenzaron una corona de espinas para torturar a Jesús y burlarse de Él. Ruega por la conversión de quienes abusan de su situación de poder y autoridad para hacer el mal. Que reconozcan que los conflictos no se resuelven con armas, sino con diálogo y buena voluntad.

Rezar:
1. Padre Nuestro
10 Ave Marías

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatorias:

  1. María, Madre de gracia, Madre de misericordia: En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.
  2. Oh Jesús mío: Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia.
  3. Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
  4. María, Reina de la paz, ruega por nosotros.

Cuarto Misterio Doloroso: Jesús camina al Calvario con la cruz a cuestas (Jn 16b-17)

Jesús carga la cruz camino del Calvario
Jesús carga la cruz camino del Calvario

Meditación:

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de la paz: Tú acompañaste a Jesús de camino al Calvario. Ruega por quienes perdieron seres queridos y huyendo de la violencia perdieron también su vivienda, su patria, y arrastran una cruz muy pesada de dolor, hambre, soledad, tristeza, terror. Y por quienes les ayudan a llevarla. Que quienes sufren descubran que Jesús lleva sus cargas. Que encuentren en Él consuelo, fuerza y esperanza.

Rezar:
1. Padre Nuestro
10 Ave Marías

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatorias:

  1. María, Madre de gracia, Madre de misericordia: En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.
  2. Oh Jesús mío: Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia.
  3. Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
  4. María, Reina de la paz, ruega por nosotros.

Quinto Misterio Doloroso: La crucifixión y muerte de nuestro Señor (Lc 23, 44-46)

Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor. Ilustración: Martín Cuéllar.
Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor. Ilustración: Martín Cuéllar.

Meditación:

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de la paz: Desde la cruz Jesús derrotó el pecado y la muerte. Ruega por quienes perdieron la vida, víctimas de la violencia, y ruega por quienes lloran a seres queridos fallecidos. Que encuentren consuelo en la certeza de que Jesús resucitó, y por ello la muerte no es el final, sino el umbral para la vida eterna.

Rezar:
1. Padre Nuestro
10 Ave Marías

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatorias:

  1. María, Madre de gracia, Madre de misericordia: En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.
  2. Oh Jesús mío: Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia.
  3. Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
  4. María, Reina de la paz, ruega por nosotros.

Oraciones finales del Rosario por la Paz en el Mundo:

Dios te salve María Santísima, hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto, te encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima durante el parto, te encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima después del parto, te encomendamos nuestra caridad para que la inflames, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, Abogada nuestra, vuelve a nosotros ésos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, Oh clemente, Oh piadosa, Oh dulce siempre Virgen María.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén

Letanía:

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, escúchanos.

Señor Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.

Señor Dios, Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Señor Dios, Espíritu Santo, Consolador, ten piedad de nosotros
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros

Santa María, ruega por nosotros (esta petición se repite cada vez:)
Santa Madre de Dios, “
Santa Virgen de las Vírgenes,

Madre de Jesucristo, 
Madre de la Iglesia,

Madre de misericordia 
Madre de la Divina Gracia, 

Madre de esperanza,
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia

Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de verdadera devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del Cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 

Consuelo de los migrantes,
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los ángeles, 
Reina de los patriarcas, 
Reina de los profetas, 
Reina de los apóstoles, 
Reina de los mártires, 
Reina de los confesores, 
Reina de las vírgenes, 
Reina de todos los santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta al Cielo, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz,

Reina de México y de todo pueblo y nación.

Reina de nuestro corazón.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
ten piedad y misericordia de nosotros.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa María, Madre de Dios, pues no desprecias las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades. Líbranos de todo peligro, Oh Virgen gloriosa y bendita.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
para que seamos dignos de alcanzar
las divinas gracias y promesas
de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oración final al Padre

Te rogamos nos concedas, Señor Dios Padre nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Oración por la paz en el mundo:

Señor Jesús:
Príncipe de la paz,
Sol que naces de lo alto
para iluminar
a quienes viven en tinieblas
y en sombras de muerte,
haz resplandecer Tu luz
sobre nuestro planeta.

Ven con Tu luminosa presencia
a desterrar la oscuridad.
Concédenos, te rogamos,
el final de la violencia,
el consuelo de quienes la han padecido
y la conversión de cuantos hacen el mal.

Ven y enséñanos
a establecer en cada corazón
Tu Reino de justicia y de paz,
misericordia y perdón.

Te lo pedimos
por intercesión de nuestra Madre
la Virgen María, Reina de la paz,
cuya maternal ayuda invocamos
para que nos ayude
a edificar un mundo
en el que todos
podamos convivir como hermanos.
Amén.

Oración final a María:

Dulce Madre, no te alejes,
tu vista de nosotros nunca apartes,
ven con nosotros a todas partes
y nunca solos nos dejes,
y ya que nos proteges tanto
como verdadera Madre,
haz que nos bendiga el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

Para terminar, sólo te santiguas: trazas una cruz grande que va de frente a pecho, y de hombro izquierdo a hombro derecho, diciendo: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

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Autor

Es escritora católica y creadora del sitio web Ediciones 72, colaboradora de Desde La Fe por más de 25 años.