Histórico: el Papa y los Reyes del Reino Unido se unen en oración ecuménica en el Vaticano
El Papa León XIV y los Reyes del Reino Unido realizaron una histórica oración ecuménica en la Capilla Sixtina, uniendo a la Iglesia católica y a la Iglesia anglicana.
Bajo la mirada de los frescos de Miguel Ángel, la Capilla Sixtina fue escenario de un acontecimiento histórico: la realización de una oración ecuménica conjunta entre el Papa León XIV y los Reyes del Reino Unido, Carlos III y Camila, que marcó un paso significativo en el camino hacia la unidad entre la Iglesia católica y la Iglesia anglicana de Inglaterra, separadas desde hace más de quinientos años.
La ceremonia, celebrada en latín e inglés, se realizó en un ambiente de encuentro entre ambas Iglesias y concretó la visita del monarca británico en el marco del Jubileo de la Esperanza.
Prevista para llevarse a cabo en abril de 2025, la visita real, que se pospuso tras la muerte del Papa Francisco, buscaba subrayar el compromiso compartido entre el rey Carlos y el Papa argentino en la defensa de la creación, a diez años de la publicación de la Encíclica Laudato Si’. Un tema que el Papa León XIV ha continuado y revitalizado durante su pontificado.
El acto, en el que estuvieron presentes cardenales de la Curia Romana, representantes de la Comunión Anglicana y miembros de la Casa Real británica, fue un signo de esperanza y un testimonio de que la oración compartida puede abrir caminos de reconciliación.
Un gesto de unidad en la Capilla Sixtina
El encuentro comenzó a las 12:20 horas y, desde que se entonó el himno inicial, compuesto por san Ambrosio y traducido por san John Henry Newman, teólogo inglés que será proclamado Doctor de la Iglesia el próximo 1 de noviembre, se llevó a cabo la oración ecuménica realizada por el Papa León XIII y los Reyes del Reino Unido.
Los coros de la Capilla Musical Pontificia Sixtina y de las capillas reales de St. James’s Palace, integrado por niños, y St. George’s Chapel, de adultos, unieron sus voces para alabar a Dios. Los salmos 8 y 64, así como la lectura de la Carta a los Romanos sobre la esperanza, fueron el hilo conductor de una liturgia centrada en la grandeza del amor divino y en la responsabilidad humana hacia la creación.
Uno de los momentos más significativos fue la interpretación del himno If ye love me, del compositor inglés Thomas Tallis, publicado en 1565 e inspirado en el Evangelio de Juan: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”.
Al concluir, el Papa León XIV y el arzobispo de York, Stephen Cottrell, rezaron juntos una invocación al Creador:
“La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con nosotros para siempre”.
El Pontífice y el monarca del Reino Unido abandonaron juntos la Capilla Sixtina, caminando uno al lado del otro, gesto que fue interpretado como símbolo del diálogo y el camino común que se debe transitar hacia la unidad cristiana, aun en medio de las diferencias.
TE RECOMENDAMOS:
¿Quién es San John Henry Newman, doctor de la Iglesia Católica?
Un compromiso compartido con la creación
Tras la oración, el Papa León XIV y el rey Carlos III participaron en un encuentro sobre sostenibilidad ambiental, en la Sala Regia, presentado por la hermana Alessandra Smerilli, secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
Durante el acto, el Santo Padre y el monarca intercambiaron dos ejemplares de orquídeas Cymbidium, símbolo de un compromiso común con la defensa de la creación y el cuidado de la casa común. Esta planta, conocida por su resistencia y capacidad de adaptación, se presentó como signo de esperanza y responsabilidad compartida frente a los desafíos ecológicos actuales, a fin de de construir un futuro más sostenible.
Un gesto de fraternidad y reconciliación
Por la tarde, los Reyes visitaron la Basílica de San Pablo Extramuros, en donde el arcipreste de la Basílica, cardenal James Michael Harvey, y el abad de la comunidad monástica, padre Donato Ogliari, con la aprobación del Papa León XIV, confirieron al rey Carlos III el título de Royal Confrater de San Pablo.
En el lugar se dispuso un asiento especial con el escudo del monarca y la inscripción latina Ut unum sint (“Que todos sean uno”), evocando la oración de Cristo por la unidad de sus discípulos (Jn 17,21).
Este gesto, junto con la oración ecuménica, constituye un paso histórico en las relaciones entre Roma y Canterbury, y un testimonio del deseo común de las Iglesias cristianas de avanzar hacia una unidad visible fundada en la fe y el amor al Creador.
Con información de Vatican News.