En su primera Misa de 2022, el Papa repudia la violencia contra la mujer
El Papa Francisco reconoció la mirada de María en la de muchas madres que abrazan las dificultades de sus hijos sin desanimarse.
Este sábado 1 de enero de 2022, en que la Iglesia celebra la Solemnidad de la Madre de Dios, el Papa Francisco presidió en la Basílica de San Pedro la primera Misa del año, en cuya homilía pidió acabar con la violencia contra las mujeres: “¡Basta! -dijo-. Herir a una mujer es ultrajar a Dios”.
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Su reflexión partió del pasaje bíblico en que los pastores encontraron a María, a José y al Niño recién nacido, en un pesebre que si bien simboliza la pobreza, también es un signo de gozo, al hallarse ahí nuestro Salvador.
“Su pobreza es una hermosa noticia para todos -dijo el Santo Padre-, especialmente para los marginados, para los rechazados, para quienes no cuentan para el mundo. Dios llega allí sin ninguna vía preferencial, sin siquiera una cuna. Aquí está la belleza de verlo recostado en un pesebre”.
Al hablar sobre el amor maternal, generoso y fecundo de la Virgen María, recordó a todas “las madres, a todas esas mujeres que miran el mundo no para explotarlo, sino para que tenga vida: mirándolo con el corazón, consiguen mantener unidos los sueños y la concreción”.
En este sentido, señaló que todos debemos trabajar para promover a las madres y proteger a las mujeres: “¡Cuánta violencia hay contra las mujeres! Herir a una mujer es ultrajar a Dios, quien tomó la humanidad de una mujer!”.
El Papa Francisco señaló que María es una mujer que “custodia meditando”, como muchas madres de hoy, que abrazan las situaciones de sus hijos, que no se paralizan ante los problemas, sino que los colocan en un horizonte más amplio. “
“Me vienen a la mente -dijo- los rostros de las madres que asisten al hijo enfermo o en dificultad. Cuánto amor hay en sus ojos, que, mientras lloran, saben comunicar motivos para seguir esperando”.
Finalmente, el Papa Francisco invitó a toda la comunidad a iniciar este 2022 poniéndose bajo la protección de la Madre de Dios, para que “nos ayude a conservar y a meditar todas las cosas, sin tener miedo a las pruebas, con la alegre certeza de que el Señor es fiel y sabe transformar las cruces en resurrecciones”.
Con información de Vatican News