El Papa recomienda evitar estas dos actitudes de los cristianos tibios
Acorralar a Dios y lavarse las manos son dos actitudes peligrosas, porque es como desafiar a Dios.
El Papa Francisco advirtió que dos actitudes de los cristianos tibios, acorralar a Dios y lavarse las manos, son peligrosas, pues son como desafiar a Dios.
En su homilía de la Misa matutina en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco reflexionó el Evangelio de Mateo propuesto por la liturgia, en concreto, aquel del diálogo entre Jesús y los sumos sacerdotes, que le preguntan con qué autoridad enseña en el templo.
Jesús, recuerda el Papa, exhortaba a la gente, la sanaba, enseñaba y hacía milagros, y así irritaba a los sumos sacerdotes, porque con su dulzura y dedicación al pueblo atraía a todos hacia Sí. Mientras que ellos, los funcionarios, eran respetados por la gente, pero no se les acercaban “porque no confiaban en ellos”.
Entonces, se ponen de acuerdo “para acorralar a Jesús”. Y le preguntan: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? De hecho, “no eres sacerdote, un doctor de la ley, no has estudiado en nuestras universidades. No eres nada”.
“Estas son dos actitudes de cristianos tibios, de nosotros -como decía mi abuela- ‘cristianos al agua de rosas’; cristianos así: sin consistencia. Una actitud es la de acorralar a Dios: ‘O me haces esto o no voy a ir más a la iglesia‘”, advierte el Papa.
La otra actitud de los cristianos tibios, aclara el Papa Francisco, es lavarse las manos, como “los discípulos de Emaús en aquella mañana de la Resurrección”. Ven a las mujeres “todas alegres porque han visto al Señor”, no confían, porque las mujeres “son demasiado imaginativas”, y se lavan las manos.
“Muchos cristianos se lavan las manos ante los desafíos de la cultura, los desafíos de la historia, los desafíos de las personas de nuestro tiempo; incluso ante los desafíos más pequeños. Cuántas veces oímos al cristiano tacaño delante de una persona que pide limosna y no la da: “No, no, no doy porque entonces estos se emborrachan”. Se lavan las manos”, dijo el Pontífice.
Son dos actitudes hipócritas de educados, concluye el Pontífice. “Acorralo a la gente, porque son gente sucia, delante de esto me lavo las manos porque son cosas de ellos”.
Con información de Vatican News