COVID-19: El Papa Francisco ora por los médicos y personal sanitario
"Están dando su propia vida para ayudar a los enfermos, para salvar la vida de los demás”
En su Misa de esta mañana en la Capilla de Santa Marta, el Papa Francisco llamó a los fieles a rezar por los médicos y, en general, por todo el personal que trabaja en los hospitales, por la pandemia del coronavirus COVID-19.
Leer: El Papa Francisco recordó a los presos en la solemnidad de San José
“Ayer he recibido un mensaje de un sacerdote de Bérgamo pidiendo rezar por los médicos de Bérgamo, Treviglio, Brescia, Cremona, que están al límite de su trabajo; están dando su propia vida para ayudar a los enfermos, para salvar la vida de los demás”.
“Ya sean médicos, personal de hospitales, voluntarios de la salud o las autoridades, en este momento son pilares que nos ayudan a ir adelante y nos defienden en esta crisis. Oremos por ellos”, dijo el Santo Padre”.
El Vicario de Cristo también pidió oraciones por las autoridades, pues “para ellos no es fácil manejar este momento y muchas veces sufren las incomprensiones”, agregó.
En su homilía, habló de las dificultades de encontrar un sacerdote para confesarse en países como Italia.
“¿Qué puedo hacer si no encuentro sacerdotes? Haz lo que dice el Catecismo. Es muy claro: si no encuentras un sacerdote para confesarte, habla con Dios, que es tu padre, y dile la verdad: ‘Señor, he hecho esto, esto, esto… Perdóname’, y pídele perdón de todo corazón, con el Acto de Dolor y prométele: ‘Me confesaré después, pero perdóname ahora’”.
“E inmediatamente volverás a la gracia de Dios. Tú mismo puedes acercarte, como nos enseña el Catecismo, al perdón de Dios sin tener un sacerdote a la mano. Piensa en ello: ¡es el momento! Y este es el momento adecuado, el momento oportuno. Un acto de dolor bien hecho, y así nuestra alma se volverá blanca como la nieve”, explicó.
También se refirió a la Cuaresma como el tiempo propicio para volver los ojos a Dios, Nuestro Padre.
“Vuelve con tu padre. Él te espera. Es la ternura de Dios la que nos habla, especialmente durante la Cuaresma. Es el tiempo de entrar en nosotros mismos y recordar al Padre o volver a tu padre”.