El Papa Francisco alertó sobre la presencia del demonio y la manera en la que se esconde para entrar en nuestros pensamientos sin que nos demos cuenta.
En este sentido, esta semana, al dictar su décima catequesis sobre el discernimiento, alertó sobre el “estilo del enemigo, del demonio” -que “existe” y “está”-, y que se presenta “de forma astuta, disfrazada y nos atrae poco a poco. Entra a escondidas, sin que la persona se dé cuenta“.
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El Vicario de Cristo explico -a partir del “principio, medio y fin” de la consolación (la consolación es el tiempo en el cual nos sentimos plenos, dispuestos a amar y servir al caer en la cuenta de la profundidad del amor del Creador y Señor de la vida)- analizados por San Ignacio en los Ejercicios espirituales, que la dificultad está en diferenciar la verdadera consolación de otras propuestas alentadas “por el enemigo”, por lo que estableció tres pasos sencillos para detectarlas y no caer en sus redes:
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Respecto al “principio” de la consolación, el Papa Francisco destacó que puede haber pensamientos que sean buenos, como el de rezar, y que a su vez son acompañados por una invitación a tener afecto a Dios y al prójimo, a la generosidad o a la caridad, por lo que dicho principio sería bueno.
Sin embargo, advirtió, “puede suceder que ese pensamiento surja para evitar un trabajo o encargo“, de modo que cada vez que se deba que cumplir una obligación aparezca un gran deseo de ponerse a rezar.
“La oración no es una fuga de las tareas, es una ayuda para realizar ese bien que estamos llamados a hacer aquí y ahora“, subrayó el Papa.
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Por lo que se refiere al “medio” de la consolación, Su Santidad comentó, manteniendo el ejemplo del rezo, que en ningún caso éste puede llevar a la autocomplacencia, al desprecio de otros o al ánimo resentido.
En ese caso, aseveró, “son signos de que el mal espíritu ha usado ese pensamiento como llave de acceso para entrar en mi corazón. Esa consolación de rezar es para sentirse un pavo real delante de Dios. Es el medio que no va bien“.
Finalmente, el Papa Francisco se refirió al fin de la consolación y refiere que puede suceder que en un momento “trabajé duro por una obra hermosa”, lo que ocasione que no rece más, al considerar que todo depende de mí al grado de hasta perder la confianza en Dios, lo que no es aceptable.
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“Evidentemente aquí está la acción del mal espíritu“, mencionó, por lo que es importante “examinar el recorrido de los buenos sentimientos en el momento en el que quiero hacer algo”, y para hacerle frente es importante hacer un examen de conciencia.
Aseguró que cuanto más nos conocemos a nosotros mismos, más nos damos cuenta de por dónde entra el mal espíritu, de cuáles con las puertas de entrada a nuestro corazón y cuáles son los puntos en los que somos más sensibles, y a partir de ello establecer las acciones para evitar su entrada.
“Este examen, darse cuenta de lo que sucede, es importante, es signo de que la gracia de Dios está trabajando en nosotros que caminamos en sus caminos, en los caminos de la vida, la alegría y de la paz para no ser engañados en la búsqueda del verdadero bien“, concluyó el Papa Francisco.
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