Roban 7 iglesias de la Arquidiócesis de México en últimas semanas
Las iglesias han sufrido un detrimento patrimonial y la angustia de sufrir asaltos con amenazas, dio a conocer la Arquidiócesis.
Siete iglesias de la Ciudad de México han sufrido robos en las últimas semanas, todas ellas cercanas entre sí, así lo dio a conocer la Arquidiócesis Primada de México a través de un comunicado publicado este miércoles.
En los robos no ha habido daño en la integridad física de los sacerdotes ni de los laicos, informaron, pero para las comunidades, “sí ha habido un detrimento patrimonial y la angustia de sufrir un asalto con amenazas”, dio a conocer la Arquidiócesis a través de un comunicado.
Se tratan de las parroquias: San Lorenzo Diácono y Mártir, en Huipulco, Santa María de los Apóstoles, Santos de América, Santo Cristo del Pedregal, Santos Reyes y el Señor de la Misericordia, la Parroquia de la Purificación de Nuestra Señora de la Candelaria en dos ocasiones, y hace unas semanas la Capilla del Niño Jesús, que corresponde a la parroquia de San Juan Bautista.
Todas las parroquias están al sur de la Ciudad de México, en las delegaciones Benito Juárez, Coyoacán y Tlalpan. La Arquidiócesis de México enfatizó que se encuentran cercanas entre sí y en todas se han hecho las denuncias correspondientes y se dio aviso a las autoridades.
Piden seguridad a las autoridades
Ante los robos, la Arquidiócesis hizo un llamado a las autoridades para “atender la situación de inseguridad que se vive en nuestro país, de la que como Arquidiócesis hemos sido objeto en estos días, pero de la que también han padecido miles de mexicanos, en algunos casos con desenlaces más lamentables”.
En su comunicado, también agradecieron el apoyo y la solidaridad de todas las personas que han estado al pendiente de las comunidades parroquiales, presbíteros, diáconos, seminaristas y fieles laicos pertenecientes a dichas comunidades.
“Que Cristo resucitado sea quien nos ayude a realizar los procesos de perdón y justicia en nuestro amado México, que nos motive a reconstruir nuestras familias y sociedad, y que con su gracia podamos acompañar a nuestros jóvenes en el desarrollo de todas las virtudes para que sean personas honestas y honorables, como nos enseñaron nuestros predecesores”.
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