¿Qué son los milagros eucarísticos?
Los milagros eucarísticos tienen dos fines: mostrar una verdad de fe y hacernos crecer cristianamente.
“Los milagros eucarísticos son signos de origen sobrenatural en torno a la Eucaristía, que se han presentado a lo largo de los siglos por obra y gracia de Nuestro Señor Jesucristo, con dos claras finalidades: una de carácter apologético; es decir, para demostrar una verdad de fe; y la segunda, de carácter pedagógico, a fin de que todos podamos crecer en nuestra vida cristiana”, señala el padre Rogelio Alcántara, director de la Comisión para la Doctrina de la Fe de la Arquidiócesis de México.
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Explica que, en cuanto a su dimensión apologética, los milagros eucarísticos nos muestran una auténtica verdad: Cristo está real, verdadera y sustancialmente en la Eucaristía, porque la evidencia lo confirma a través de estudios científicos inequívocos. Y en cuanto a su dimensión pedagógica, se trata de una motivación para que las personas que no creen, crean, y las que ya creen, aumenten su fe.
El padre Rogelio Alcántara refiere que la fe, en cuanto a contenido, ya está dada y no es sujeta a cambios; pero en cuanto a virtud personal, la fe es objeto de crecimiento, de manera que es un ejercicio de grados en el que unos pueden ir alcanzando más fe que otros.
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Y en este sentido –explica el director de la Comisión para la Doctrina de la Fe–, cuando se registra un milagro eucarístico, impulsa o refuerza la fe de las personas con evidencias, con signos de credibilidad dirigidos a los hombres en la búsqueda de nuestra salvación.
Milagros eucarísticos alrededor del mundo
Existen más de 100 casos reconocidos como milagros eucarísticos. Retomamos algunos de los casos más famosos.
1. Tixtla, México (2006)
El 21 de octubre de 2006, se observño que de una Hostia consagrada fluía una sustancia rojiza. El obispo local, Alejo Zavala, convocó una investigación que avaló el milagro. Por la importancia del hecho, el nuevo obispo, Salvador Rangel, decidió reiniciar las investigaciones, por lo que está pendiente su reconocimiento oficial.
2. Tumaco, Colombia (1906)
El 13 de enero de 1906, un terremoto se sintió en la isla de Tumaco. Los pobladores suplicaron al párroco, el padre Gerardo Larrondo, que organizara una procesión con el Santísimo a la playa. En el momento en que un maremoto llegaba, él alzó el Santísimo y la ola se detuvo.
3. Betania, Venezuela (1991)
El 8 de diciembre de 1991, el padre Otty Ossa celebraba la Misa en la capilla del Santuario de Betania en Cúa, y durante la consagración vio que una Hostia sangraba; se conserva en la ciudad de Los Teques, en el convento de las Monjas Agustinas Recolectas.
4. Buenos Aires, Argentina (1992-1994-1996)
En la parroquia de Santa María se habla de tres milagros. El más estudiado ocurrió en 1996 cuando se colocó una Hostia en el agua y tomó forma de carne. El Papa Francisco —entonces Arzobispo— ordenó una investigación que confirmó que era tejido humano.
5. Eten, Perú (1964)
En la Hostia que había sido expuesta para la adoración público apareció el Niño Jesús y tres corazones de color blanco que resplandecían y estaban unidos entre sí. Tras ello, la fiesta en honor al Milagroso Niño de Eten atrae a miles de fieles todos los años.
6. Chirattakonam, India (2001)
En la Hostia apareció el rostro de un hombre que se asemeja a Cristo, coronado de espinas. Cyril Mar Baselice, Arzobispo de la diócesis de Trivandrum, reconoció el hecho. Hasta la fecha, la Hostia permanece en la iglesia de Santa María y es adorada por los fieles.
7. Scete, Egipto (Siglo III-V)
Este milagro se remonta a los primeros siglos del cristianismo cuando monjes vivían en Egipto como ermitas para seguir el ejemplo de san Antonio de Abad. Durante la Misa, luego de la consagración, tres monjes tuvieron una visión del Niño Jesús.
8. Lanciano, Italia (750)
Es el más conocido por su antigüedad. En la iglesia dedicada a san Legonciano, un monje que celebrara la Misa y dudaba de la presencia real de Cristo presenció cómo la Hostia se transformó en carne y el vino en sangre. Se conserva en el Santuario del Milagro.
9. Siena, Italia (1730)
En la Basílica de San Francisco, en Siena, se conservan intactas desde hace 276 años, 223 Hostias. Fueron recuperadas luego de que ladrones se infiltraron en el templo y robaron el Sagrario. Aparecieron tres días después. Desde entonces, están intactas.
10. Ludbreg, Croacia (411)
En Ludbreg, un sacerdote que dudaba de la presencia real de Cristo en la Hostia, presenció, después de la consagración, que el vino se transformaba en sangre. Hasta nuestros días, la Reliquia de la Sangre del Milagro atrae cada año a miles de fieles.
11. La Rochelle, Francia (1461)
Durante la Misa, luego de haber comulgado, un joven que desde niño era mudo y con parálisis, recuperó su voz y la movilidad. El documento más acreditado que ofrece una descripción visual de esto es un cuadro conservado en la Catedral de La Rochelle.
12. Santarém, Portugal (1247)
Una joven mujer de Santarém robó una Hostia consagrada y la escondió en un paño de lino, que inmediatamente se manchó de sangre. Su esposo descubrió el hurto y la regresaron. Los Papas Pío IV, San Pío V, Pío VI y Gregoriano XIV concedieron indulgencias plenarias por este milagro.
13. Sokólka, Polonia (2008)
Una Hostia consagrada cayó de las manos de un sacerdote, y él la colocó en agua, como manda la norma. Una semana después, en ella apareció una mancha roja. Especialistas de la Universidad de Medicina de Bialystok, concluyeron que era tejido humano.
14. Wilsnack, Alemania (1383)
Luego de un incendio se encontraron entre los restos de la parroquia tres Hostias completamente intactas, las cuales sangraron en repetidas ocasiones. El culto a este milagro fue aprobado por medio de dos Bulas del Papa Eugenio IV en 1447.
15. Witen-Raxendorf, Austria (1441)
Un ladrón robó una Hostia consagrada de la iglesia de Weiten. Días después una mujer la encontró, estaba dividida en dos partes que se unían por unos filamentos de lo que se veía como carne sangrante. Ella hizo construir la primera capilla que resguardó el milagro.
16. Guadalupe, España (1420)
Durante la celebración de la Misa, una Hostia consagrada derramó gotas de sangre, lo que ayudó a fortalecer la fe del sacerdote y muchos fieles, entre ellos, el mismo rey de Castilla. Son numerosos los documentos que dan testimonio de este milagro.