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Ellos son los 4 nuevos diáconos de la Arquidiócesis Primada de México

Conoce la historia de los cuatros jóvenes que se ordenarán diáconos en la Arquidócesis Primada de México.

14 junio, 2023
Ellos son los 4 nuevos diáconos de la Arquidiócesis Primada de México
Ordenación de los nuevos diáconos de la Arquidiócesis Primada de México. (Foto: Especial)
Creatividad de Publicidad

Las ordenaciones diaconales de este 2023 de la Arquidiócesis Primada de México serán el próximo 16 de junio a las 11:00 horas en la Basílica de Guadalupe.

Para ver en vivo la transmisión de la ordenación de los diáconos da click en este video.

La historia de los nuevos diáconos

Conoce quiénes son los cuatro jóvenes que sintieron el llamado del Señor para darle sentido a su vida.

Mario Enrique Figueroa Flores

Originario de la Ciudad de México, Mario encontró su vocación porque curiosamente vivía cerca de la Basílica de Guadalupe y tenía un gusto especial por las imágenes de la Virgen de Guadalupe. “El Señor siempre me atrajo hacia él, a través de las cosas sagradas y la Iglesia”, comparte. 

Aunque cuando era adolescente se alejó de la Iglesia, a los 17 entró al grupo juvenil de su parroquia y se enamoró del servicio por las almas. Empezó a colaborar en diferentes equipos de Liturgia, Jóvenes y trabajó en varios proyectos.

En su primer intento a los 18 años no pudo entrar al Seminario, pero después de graduarse como licenciado en economía logró entrar y responder con alegría el llamado del Señor. 

Hoy,  invita a los jóvenes a quitarse los prejuicios de que la Iglesia oprime y reprime. “Conozcan a otros jóvenes que quieren encontrar el sentido de la vida, y a veces lo buscan en las redes sociales o en los pasatiempos, pero el sentido propio de la vida solo lo vamos a encontrar en Cristo”, afirma.

Diácono Mario Enrique Figueroa Flores

Kevin David Franco Posadas 

Desde pequeño Dios le puso un gran reto, a los 6 años su papá falleció y su familia colapsó, sus hermanos mayores cayeron en el alcoholismo y drogadicción.

“Pensamos que Dios nos había dado la espalda, dejamos de creer, pero en medio de este escenario tan difícil tuve mi primer testimonio de amor: el de mi mamá que con incansable esfuerzo e inquebrantable valentía nos sacó adelante y nos acercó de nueva cuenta a Dios”, comparte.

Cuando Kevin entró a la secundaria, su mamá tuvo la gran idea de llevarlo a la Basílica de Guadalupe para acercarnos a Dios. Ahí le cautivó la gran cantidad de peregrinos que se acercaban hasta ese lugar, pero sobre todo le llamó la atención una persona: el sacerdote, quien con sus palabras, presencia y acciones era capaz de que esa multitud recobrara la esperanza.

Fue así que se incorporó al grupo de lectores de la Basílica, comenzó a ayudar en el altar y después se integró a la pastoral indígena. “Ahí me di cuenta que no había otra cosa que me produjera esa paz y pasión que servir a mis hermanos. Fue de esa forma que sentí el llamado y decidí seguir a Dios”, cuenta. 

Hoy tiene 27 años y será ordenado como diácono ante la Virgen de Guadalupe, la cual le inspira cariño, amor entrañable y ternura.



Diácono Kevin David Franco Posadas

Marco Pepperoni

Originario de Italia, Marco nació y creció en una familia cristiana que se reunía todos los domingos por la mañana en una celebración doméstica con sus cinco hermanos. Esto fue fundamental en su crecimiento personal y su fe. 

En la adolescencia tuvo una crisis existencial, después de terminar con un noviazgo y no sabía a dónde se dirigía su existir. Buscó respuestas en el Evangelio y una noche lo abrió al azar y se topó con la narración de la tempestad calmada. Cristo dormía en la barca durante la tempestad, mientras los discípulos llenos de miedo intentaban despertarlo para que los salvara. Había una tempestad, pero Cristo estaba presente.

Esa era la descripción de su vida. En ese tiempo, lo invitaron a un encuentro juvenil en España, durante el cual se anunció el Kerygma, el anuncio del amor de Dios. “Esa vez me sentí alcanzado por aquel mismo amor. Era la Pascua, la resurrección de los muertos.En ese momento entendí que Dios me estaba llamando”, recuerda. Así llegó al seminario Redemptoris Mater, en Ciudad de México, y hoy está apunto de ser ordenado diácono.

Marco asegura que ha conocido a un Dios fiel que no defrauda. Que está presente en cada una de sus crisis y miedos.

Diácono Marco Pepperoni

Patricio Alberto Rivas Pérez

Comenzó el Seminario a los 15 años, desde la preparatoria, y posteriormente estudió filosofía en el Seminario diocesano de Mérida, Yucatán. Al terminar la carrera descubrió que sus méritos y buenas disposiciones no eran suficientes para poder amar y entregar su vida. 

“Necesitaba a un amor grande, sobreabundante, fiel y que sostuviera mi vida de manera totalmente gratuita; que diera un verdadero sentido al sufrimiento que veía y a mi propio sufrimiento y soledad”, explica.

Dejó el Seminario y comenzó a trabajar; sin embargo, después de un tiempo recibió una invitación para escuchar unas catequesis para jóvenes y adultos. Ahí cayó en cuenta que “Dios me amaba profunda y gratuitamente. Que el plan que tenía Él para mi vida no había caducado. Él permanecía fiel en medio de mi infidelidad y dureza de corazón. Había ido a buscarme a donde yo pensaba que nunca llegaría: a mi sinsentido y soledad”, recuerda.

 Aunque se resistió durante algún tiempo más, después de algunos meses en un encuentro de jóvenes. sintió el llamado a la vocación presbiteral. Así fue como llegó al Seminario Redemptoris Mater, de la Ciudad de México y está a unos días de ser ordenado diacono.

Para Patricio este llamado es una muestra de cómo el Señor lo sacó de la esclavitud a la libertad, de la tinieblas de su egoísmo y cerrazón, para conducirlo a la luz de su Amor gratuito y sobreabundante.

Diácono Patricio Alberto Rivas Pérez

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