La historia del gato que busca la ‘protección’ en la Virgen María
Monsi visita todos los días la iglesia de San Sebastián Mártir, en Chimalistac.
Uno de los personajes más asiduos a visitar la iglesia de San Sebastián Mártir, en Chimalistac y refugiarse a los pies de la imagen de la Virgen María, es “Monsi”, uno de los gatos de la escritora Elena Poniatowska que adoptó al morir el cronista de la ciudad, Carlos Monsiváis.
No es raro ver al gato merodear en el atrio de la iglesia, ni tampoco echado sobre una banca o estar presente en la Santa Misa en el regazo de alguna feligresa, comenta el padre Martín Muñoz, párroco San Sebastián.
Monsi, el atrevido
“Hay varios gatos por aquí, pero Monsi es el más atrevido. Cuando lo vemos en el templo tratamos de sacarlo, pero regresa. No sé, si odiar la terquedad del animalito o admirar su perseverancia”, ríe el padre Martín.
Asegura que el gato prácticamente pertenece a la comunidad, pues le traen comida, pero no cualquiera. “Le traen comida en sobres, que no es barata, y eso es lo que hace que el gato no se vaya”.
Monsi pareciera que es devoto a la Virgen María, destaca el padre, “siempre que lo queremos sacar, se va a refugiar a la falda de Nuestra Señora, la Virgen Dolorosa, eso me da pendiente, porque pueda dañar sus vestiduras. Sin embargo, es un animalito pacífico, es muy sociable, no es destructor, pero no a todos los feligreses les gustan los animales”.
El párroco asegura que el gato es muy remolón, porque insiste en que lo acaricien; “las señoras que ya lo conocen prefieren tenerlo cargado durante la Misa para que no esté paseando en la iglesia, porque hay gente que sí le molesta”.
No obstante, Monsi, el gato de Elena Poniatowska, se ha vuelto parte de la comunidad de la Parroquia de San Sebastián Mártir en Chimalistac, aunque su dueña no asista al templo.
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