Iglesia de La Soledad mantiene abierto su comedor comunitario
El párroco y sus voluntarios atienden a personas en situación de calle.
Los comedores comunitarios de la Ciudad de México, que atienden a personas en situación de calle, se encuentran ante el reto de funcionar durante la crisis sanitaria por el coronavirus COVID-19.. El ubicado en la iglesia de La Soledad, en el barrio de La Candelaria, de la Ciudad de México, recibe al menos 80 personas al día.
“Nosotros estábamos también considerando la posibilidad de interrumpir el servicio que venimos brindando desde hace cinco años a las personas en situación de calle o vulnerables, pero no pudimos, porque ellos mismos nos lo pidieron: ‘No se olviden de nosotros, padre’”, explica el párroco Benito Torres.
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Toman medidas sanitarias
Ante la crisis, el sacerdote platicó con los voluntarios del comedor e hicieron un replanteamiento sanitario respecto a la forma en que podrían seguir ofreciendo comida.
“Este es el único lugar que estas personas tienen para llenar el estómago durante el día, no podemos abandonarlas, de manera que preferimos tomar algunas medidas para no suspender la ayuda y al mismo tiempo tratar de evitar riesgos de contagio de coronavirus”.
Entre los voluntarios constantes hay algunos adultos mayores, ahora asisten a la parroquia sólo a preparar los alimentos, y se retiran cuando han cumplido la labor.
“Por otro lado, aquí tenemos a 12 muchachos que sacamos de su situación de calle; ellos, y un servidor, somos los que estamos operando el reparto de comida, de manera que sea ágil y que no haya gente amontonada”.
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Las medidas sanitarias a seguir por los voluntarios del comedor comunitario de la Parroquia Santa Cruz y Nuestra Señora de la Soledad son: lavarse constantemente las manos, usar guantes y tapabocas; utilizar platos biodegradables; así como guardar un metro de distancia entre ellos y con los comensales, para lo cual ya se hicieron señalizaciones en el piso, a fin de que toda la gente guarde la distancia conveniente.
“Definitivamente, no podemos olvidarnos de ellos -dice el padre Benito Torres-; y es que ante la emergencia, no faltan las voces que piden por los pobres, pero los que aquí vienen no tienen manera de encajar en el concepto de pobres, ellos son ‘los olvidados de los olvidados de los olvidados’, ¡cómo los vamos a olvidar nosotros!’, expresó en entrevista.