El Centro de escucha del Episcopado Mexicano sigue ‘al pie del cañón’
El centro de escucha atiende psicológica, económica, emocional y espiritualmente.
Ella era comerciante informal, la crisis originada por la pandemia la obligó a quedarse en casa al lado de su marido que la golpeaba. A pesar de no tener dinero, ella y sus tres hijas menores de edad huyeron del maltrato, pero el hambre y las carencias económicas eran tan fuertes que pensó en el suicidio.
Este tipo de llamadas de auxilio, aunque no son comunes sí son situaciones críticas que el Centro de Escucha y Atención Emocional del Episcopado Mexicano ha experimentado a lo largo de cinco meses de servicio.
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“Desde que nos constituimos, en abril de este año, seguimos con nuestra labor al ‘pie del cañón’, pues las secuelas de la pandemia -que está lejos de terminar- se recrudecen”, comenta en entrevista a Desde la fe, el doctor Álvaro Ramírez, director de la Pastoral de Salud de la Arquidiócesis de México y coordinador del centro.
Una ayuda que salva vidas
La comerciante, originaria del Estado de México, ya había recurrido a una instancia para que le otorgaran una despensa, pero nunca la recibió, comenta Ramírez.
“Yo recibí la llamada, ella me dijo que su situación era insostenible y que ya estaba pensando en matar a sus hijas y luego suicidarse, pues no tenía la manera de alimentarlas. Son situaciones para las que debemos estar preparados y no con un ‘échale ganas’ lo vamos a solucionar“, explica.
De acuerdo con datos de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, a nivel mundial se suicidan cada año casi un millón de personas, lo que equivale a una persona cada 40 segundos. Además, por cada muerte por suicidio se estima que hay 20 intentos.
Y para que esta mujer y sus hijas no fueran una estadística más, el coordinador del centro logró darle una contención, la escuchó por más de una hora y gracias a la colaboración de Cáritas, la mujer recibió la despensa al día siguiente.
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“La asistencia psicológica continuó y con terapia logró tener herramientas, es decir, con sus propios recursos emocionales, resolviera su problema de fondo”, detalló.
A propósito del Día Internacional de la Prevención del Suicidio, el 10 de septiembre, el Dr. Ramírez comenta que los 16 asesores que colaboran en el Centro de Escucha están preparados para estas y otras situaciones, las cuales se han vuelto más complejas conforme la pandemia no llega a su fin.
Un Centro de Escucha para todo el país
“Cuando iniciamos el centro de escucha no pensamos que se convirtiera en algo tan complejo ni que llegaríamos a tener un alcance a nivel nacional. Los 16 asesores que colaboramos, no pensamos en que esta situación se iba a alargar por tanto tiempo, la realidad nos ha rebasado”, añade.
Cabe señalar que este call center surgió como un proyecto de la Pastoral de la Salud y la Vicaría de Laicos de la Arquidiócesis de México, en colaboración con la asociación Cenyeliztli, en respuesta a las personas que necesitaban ayuda para lidiar los con los efectos emocionales de la pandemia.
No obstante, viendo la magnitud de la contingencia sanitaria, la Conferencia del Episcopado Mexicano se unió a este proyecto a través de la Dimensión Episcopal de Fe y Compromiso Social, convirtiéndolo en el Centro de Escucha y Apoyo Emocional.
Más de 300 familias beneficiadas
Desde abril de este año han atendido a más de 300 personas, lo cual, a decir de Ramírez, se traduce en apoyo a más de 300 familias.
“Si lo vemos en números, tal vez sea poquito; sin embargo, son 300 horas de apoyo y de trabajo brindado a familias enteras, entonces eso es un gran impacto. Aproximadamente a cada paciente le dedicamos de 45 minutos a más de una hora de atención, dependiendo de sus necesidades”, advierte.
El call center recibe llamadas de toda el país, principalmente de Ciudad de México, Estado de México, Tlaxcala, Puebla y Michoacán.
El doctor Álvaro Ramírez asegura que, a la fecha, 70% de las llamadas han sido por ayuda emocional, seguida de las de apoyo para obtener despensas (que han incrementado en los últimos meses) luego de violencia intrafamiliar, problemas de comunicación con los hijos, familias disfuncionales, entre otro tipo de cuestiones.
Las llamadas que más predominan son las de las mujeres, entre entre 40 y 50 años, por violencia intrafamiliar o de pareja.
Atienden todo tipo de casos
“La línea de ayuda también ha servido para canalizar algunas enfermedades psiquiátricas que afortunadamente se les ha podido dar el apoyo. También he podido atender emergencias de salud, como en el caso de accidentes cerebrovasculares”.
Para dar respuesta a las necesidades de quienes llaman, el centro de escucha ha ido sumando esfuerzos con diferentes instancias, como Cáritas, lo cual ha dado buenos resultados, señala Ramírez.
“Pensamos que el centro de escucha debe ser algo permanente, orillado precisamente por el servicio a las personas y porque este servicio se ha vuelto un referente en otras diócesis. Además, el número de personas con problemas emocionales va en aumento”, comenta el coordinador del centro.
Añade que en los últimos meses las llamadas de adultos mayores aumentado, pues sufren abuso por parte de sus familiares, problemas económicos o con sus cuidadores, que regularmente son sus hijas.
El Centro de Escucha y Apoyo Emocional da servicio de lunes a viernes de 8:00 a 20:00 horas, a través del teléfono 55-2122-9725.
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