¡Cuidado con los falsos milagros eucarísticos!
El caso más conocido ocurrió en la Ciudad de México en 1978, en Colonia del Parque.
Fanatismo, mentalidad sobrenaturalista, protagonismo, intereses económicos, vana credulidad, sensiblería y desorientación doctrinal, es lo que hay detrás de los falsos milagros eucarísticos, según la Comisión para la Doctrina de la Fe de la Arquidiócesis de México, a cargo del padre Rogelio Alcántara.
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Uno de los casos de falsos milagros más ilustrativos ocurrió en 1978 en la Ciudad de México con un supuesto milagro en la entonces Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, Colonia del Parque. En aquella ocasión, monseñor José Luis Guerrero logró desmantelar la farsa.
Sin embargo, el entonces párroco no acató las directrices de la Iglesia y creó su propia iglesia, la cual en 1980 promocionó otro supuesto milagro eucarístico.
El padre Alcántara considera que si bien los falsos milagros ocurren rara vez, los fieles deben estar preparados para saber cómo actuar cuando estos casos se presentan.
Lo primero que deben hacer es tomar conciencia de que la fe en la Eucaristía no depende de ese milagro, y dejar que las investigaciones sigan su curso.
“Algo muy importante –apunta– es esperar con paciencia el dictamen de la Iglesia a través del obispo local, y aprovechar el hecho para aumentar la devoción eucarística”.
El obispo lleva la mayor responsabilidad. Explica el sacerdote que lo primero que debe hacer es custodiar lo sucedido y después ordenar las investigaciones correspondientes.
Una vez analizados los resultados, debe dictaminar sobre la veracidad de los hechos, y si es auténtico, custodiar el milagro. “Si la iglesia lo afirma como algo sobrenatural, hemos de confiar en el juicio de la Iglesia”.
Explica que la Iglesia no obliga a los fieles a creer en los milagros eucarísticos, sino que “el objeto de la fe es creer en la presencia real verdadera y sustancial de Cristo en la Eucaristía”.
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