Con gran alegría, la Arquidiócesis recibió a sus tres nuevos obispos
En medio de aplausos, los tres nuevos obispos auxiliares de la Arquidiócesis de México bajaron del altar hacia los pasillos de la Basílica para dar la bendición a los presentes.
San José “apadrinó” a los tres nuevos obispos auxiliares de la Arquidiócesis de México, pues este 19 de marzo, en su solemnidad, recibieron la ordenación episcopal en la Basílica de Guadalupe.
La casita del Tepeyac hoy lució mucho más grande que de costumbre, pues debido a las medidas para prevenir el contagio del coronavirus COVID-19, a la ceremonia sólo pudieron asistir algunos familiares y amigos de monseñor Héctor Mario Pérez, monseñor Luis Manuel Pérez y monseñor Francisco Daniel Rivera; así como sacerdotes y obispos de diferentes partes del país.
Durante la celebración, los asistentes guardaron una distancia prudente, respetando las medidas sanitarias dictadas hace unos días por el Cardenal Carlos Aguiar Retes.
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La ceremonia
Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia fue cuando los nuevos pastores manifestaron la voluntad de ejercer su ministerio según los deseos de Cristo para, posteriormente, recibir la imposición de manos del Cardenal Carlos Aguiar, el Nuncio Apostólico Franco Coppola, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera López, el arzobispo emérito de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, y de los demás obispos concelebrantes, mediante el cual se les confirió la plenitud del sacramento del Orden.
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En medio de aplausos, los tres nuevos obispos auxiliares de la Arquidiócesis de México bajaron del altar hacia los pasillos de la Basílica para dar la bendición a sus amigos, familiares y fieles que asistieron a la ceremonia.
La cercanía de la familia
Las muestras de afecto no faltaron durante la celebración. Familiares y amigos de monseñor Héctor Mario, le enviaron un mensaje a través de una manta colgada en las capillas altas, en la que le manifestaron sus felicitaciones.
Gabriela Furber, amiga del obispo regio, pidió que la Virgen María siempre lo acompañe en su ministerio, “sobre todo en estos tiempos tan turbulentos que vive el mundo”.
La ordenación también fue el motivo para que los amigos de la infancia de monseñor Francisco Daniel se reunieran.
“Dios le dé fortaleza en ese nuevo ministerio que comienza. Desde jóvenes hemos compartido muchas cosas, mi esposo Arturo es su amigo desde que eran niños. Sólo le podemos enviar nuestras bendiciones y estamos seguros de que su fortaleza y su sabiduría ayudarán a la Iglesia para sobrellevar, con mucha fe, estos tiempos que vivimos”, señaló Laura Centurión de Hernández.
“Desde los 16 años lo conozco, porque estuvimos juntos en un grupo juvenil en Guadalajara, y lo más grande que le puedo desear es la santidad”, dijo una de sus más grandes amigas, Leticia León.
Julieta Bobadilla Rivera, quien aseguró que aún no se acostumbra a decirle monseñor a su tío Daniel, le deseó que Dios le ayude a mantener su fe para que la comparta con todas las personas, como lo ha hecho con cada miembro de su familia.
El reverendo padre David de Jesús Padrón Delgado, de la congregación de los Misioneros del Espíritu Santo, aseguró que “esta ordenación significa una gracia muy especial; le pedimos a Dios que el hermano Daniel se dirija de acuerdo con el espíritu de la beata Concepción Cabrera, ‘tener el corazón de un buen pastor’ y que tenga grabado en su corazón la frase que Jesús le hizo saber a Concepción: ‘Tú ya no te perteneces, eres de la Iglesia y para la Iglesia’.
A monseñor Luis Manuel Pérez, su amigo Ignacio Salazar le deseó que Dios lo ilumine para que siga siempre con su servicio a la Iglesia. “Él es una persona llena de valores y de mucha fe, eso es lo que le hace falta a la sociedad y él lo puede dar. Es una persona sencilla y dedicada, y por ello estoy seguro de que su ministerio lo dirigirá siempre para bien, tal como lo manda Dios”, aseguró .
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