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¿Cómo arrullar al Niño Dios?

Arrullar al Niño Dios en Navidad simboliza el amor, la protección y fortalecer el vínculo familiar. Aquí te dejamos una guía para arrullarlo.

POR  Jorge Reyes
5 diciembre, 2023
¿Cómo arrullar al Niño Dios?
Arrullar al Niño Dios en Navidad simboliza el amor, la protección y fortalecer el vínculo familiar. Foto Especial.

Arrullar al Niño Dios en Navidad es una tradición que simboliza amor y protección, además de que fortalece el vínculo familiar y fomenta la paz en esta época festiva, ya que forma parte del precioso proceso de la transmisión de la fe.

¿Qué significa arrullar al Niño Dios?

Arrullar al Niño Jesús en Navidad representa un rito familiar muy importante porque nos permite entrar en el misterio del amor de Dios, contemplar a Jesús nacido y experimentar su presencia en nuestras vidas, por lo que es una manera sencilla pero profunda de expresar nuestra fe y gratitud por el don de la salvación.

De esta manera, el pesebre navideño que colocamos en nuestro hogar nos ayuda a revivir la historia de lo ocurrido en Belén y nos invita a contemplar al Niño Jesús y a sentir una sensación de cercanía a Dios, al reconocer que Él se hizo niño para mostrarnos su amor y misericordia.

Así como los niños requieren de nuestra atención y necesitan sentirse protegidos, nosotros estamos llamados en la Noche de Navidad a poner a Jesús nacido en el centro de nuestras vidas y protegerlo, lo que nos permite expresar nuestro amor y alegría por su presencia entre nosotros.

¿Cuándo arrullar al Niño Dios?

Para arrullar al Niño Dios, la noche del 24 de diciembre, en Nochebuena, es muy especial hacerlo. El 24 de diciembre marca la víspera del nacimiento de Jesús, y arrullar al Niño Jesús es una manera de celebrar y recordar este evento. La Nochebuena es una de las noches más significativas en la tradición navideña, y arrullar al Niño Jesús se ha convertido en una práctica arraigada como parte de las celebraciones festivas.

¿Quién debe arrullar al Niño Dios?

En la fe católica, la tradición de arrullar al Niño Jesús en Navidad suele recaer en la responsabilidad de la familia, especialmente de los padres, ya que este gesto simboliza el cuidado y la protección que la Sagrada Familia ofrecía al recién nacido en el pesebre.

Arrullar al Niño Dios es un momento de profunda conexión espiritual donde los padres, al emular el acto de arrullar, buscan replicar el amor y devoción que María y José tenían por el Niño Jesús.

Esta práctica representa una expresión de fe y gratitud, en la que además se destaca la importancia que tiene la familia como el núcleo donde se cultivan los valores cristianos que debemos respetar y aplicar durante nuestra vida.

¿Qué se hace antes de arrullar al Niño Dios?

Previo a arrullar al Niño Dios organicemos una posada en familia y con amigos, que incluya el rito para pedir y dar posada. Se sugiere llevar con nosotros a la Virgen María y a San José y una vez que les den posada todos ingresen a la casa entonando la canción “Entren Santos Peregrinos” y ya en el interior colocar a los peregrinos en el Nacimiento.

Se sugiere que previo a pedir la posada o después de colocar a la Virgen María y a San José en el Nacimiento recemos juntos y con devoción el Santo Rosario y al concluirlo digámosle con sinceridad a la Virgen María y a San José: “Esta es su casa”.

Los Santos Peregrinos ha llegado el 24 de diciembre a nuestro hogar, por ello esforcémonos por vivir estos días con especial amor, respeto, tolerancia y concordia en honor a tan dignos visitantes.

¿Qué se hace antes de arrullar al Niño Dios?

De acuerdo con la tradición, entre las 11 y las 12 de la noche del 24 de diciembre las familias se reúnen en torno al Nacimiento para llevar a cabo la ceremonia para acostar al Niño Dios en el pesebre.

A continuación, el papá o la mamá, inician la ceremonia diciendo:

Para prepararnos a recibir a Dios, que se hizo hombre para salvarnos, reconozcamos que somos pecadores y que necesitamos su salvación”.

Todos los miembros de la familia rezan a continuación el Credo:

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso, ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor”.

Recordemos la Noche en que nació el Niño Dios leyendo el Evangelio

El papá o la mamá recuerdan el pasaje sobre el nacimiento del Niño Dios leyendo el Evangelio de San Lucas 2, 1-12.

“En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.

“Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.

“En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: ‘No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.

Papá o Mamá: Esta es palabra de Dios.

Todos: Te alabamos, Señor.

¿Qué se canta cuándo se arrulla al Niño Dios?

Para arrullar al Niño Dios se debe colocar en una manta mientras dos personas, normalmente el papá y la mamá, la sostienen. Al ritmo de la canción se mece al Hijo de Dios mientras los presentes tienen en sus manos velitas encendidas y algunas luces de bengala para iluminar este bellos momento.

Arrullo al Niño Jesús

A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

Esos tus ojitos ya los vas cerrando,
pero estas mirando todos mis delitos.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

Las lágrimas tiernas son prueba que me amas,
pues padeces penas, niñito de mi alma.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

Por cuna te ofrezco mi fiel corazón,
mas no lo merezco y te pido perdón.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

No hagas pucheritos, duerme padre amado,
que mi cruel pecado os causa conflictos.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

A dolor me mueve ver dos animales,
que finos y leales tu amor los conmueve.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

Quisiste por nombre llamarte Jesús:
como padre amante tú me diste luz.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

Recibe gustoso este rorro ro,
que muy placentero te lo ofrezco yo.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

Mi querido Padre, Mi Dios, Mi Señor,
que sufres alegre del frío el rigor.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

En el crudo invierno tú, mi dios, naciste;
de todas mis culpas ya me deprimiste.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

Delicias del mundo son pena y pesar,
por eso el Eterno se quiso humanar.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

En la gloria te cantan angélicas voces,
para que te duermas y del sueño goces.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

Coros celestiales con su dulce acento,
canten la ventura de este nacimiento.
A la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

¿Qué oración se reza para acostar el Niño Dios?

Una vez concluido el arrullo y antes de colocarlo en el Nacimiento, el Niño Dios debe llevarse a todos los miembros de la familia y amistades presentes para darle un beso, dirigirle una breve oración y hacerle un ofrecimiento para el próximo año.

Una vez que todos hayan pasado unos instantes con el Niño Dios se procederá a acostarlo en el pesebre del Nacimiento, rezando la siguiente oración:

Oración para acostar al Niño Dios

En esta Nochebuena,
al acostar al Niño Jesús,
elevamos nuestras plegarias por la unidad familiar,
la paz en nuestros corazones y
la fortaleza de nuestra fe y amor por Dios.

Que la luz del Niño Jesús
ilumine cada rincón de nuestra vida
y hogar en esta Navidad,
guiándonos con su amor, ternura y sabiduría.

Pedimos que su resplandor
nos inspire a ser portadores de esperanza,
alegría y compasión
hacia quienes nos rodean.

Que la gracia divina nos acompañe siempre,
construyendo un camino lleno de bondad y paz.

¿Por qué se arrulla al Niño Dios?

Arrullar al Niño Jesús en Navidad es una tradición que simboliza reverencia y cariño hacia el Salvador recién nacido. Este acto refleja la ternura y el cuidado que se tienen hacia el principio divino de la vida. Así, al arrullar al Niño Dios se busca transmitir un mensaje de protección y devoción, reconociendo su naturaleza sagrada y especial en el corazón de la celebración navideña.

Esta costumbre destaca la conexión emocional entre la comunidad católica y el evento milagroso del nacimiento de Jesús. Arrullar al Niño Dios se convierte en una expresión colectiva de amor y adoración, consolidando el sentido de unidad y fe durante la temporada navideña. Es una forma de recordar la importancia espiritual del momento y fomentar la reflexión sobre los valores fundamentales que el nacimiento de Jesús representa para los cristianos.

Además, el acto de arrullar al Niño Dios simboliza el deseo de crear un ambiente de paz y serenidad en el hogar durante la Navidad. Esta tradición invita a las familias a conectarse con la esencia tranquila y benevolente del Salvador, buscando inspiración en su mensaje de amor y esperanza.

Así, arrullar al Niño Dios se convierte en un gesto simbólico que trasciende el rito para abrazar el significado más profundo de la temporada navideña: el regalo divino de la redención y la posibilidad de renovar nuestra conexión espiritual.

¿Cuál es el significado espiritual de arrullar al niño Dios en Navidad?

Arrullar al niño Dios en Navidad tiene un profundo significado espiritual. Nos recuerda la naturaleza humilde y vulnerable de la encarnación de Dios. Cuando acunamos al niño Jesús en nuestros brazos, recordamos que Dios eligió venir al mundo como un niño indefenso, envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

Este acto de arrullo simboliza nuestra aceptación a la invitación de Dios a abrazar la sencillez y la pequeñez en nuestra propia vida. Al arrullar al niño Jesús, reconocemos que la grandeza de Dios se encuentra en la pequeñez, porque es un recordatorio de que Dios no se revela en el poder y el esplendor mundanos, sino en la pobreza y la humildad de un establo.

Arrullar al niño Jesús también nos invita a contemplar la verdad de que el Creador del universo necesita ser sostenido en brazos, calentado y mimado. Nos recuerda la ternura y la vulnerabilidad del amor de Dios por nosotros. El Verbo eterno se hace niño, niño mudo, para mostrarnos la profundidad de su amor y acercarnos a Él.

Descarga gratis aquí la Guía para arrullar y acostar al Niño Dios en esta Navidad.



Autor

Lic. en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM, con una trayectoria de casi 30 años como periodista, en Reforma, El Centro y Notimex, y funcionario de comunicación social en dependencias de gobierno y legislativas. Actualmente trabaja como periodista especializado en temas de religión.